+ Está todo.
Me levanto para salir de aquella sala de reuniones y encontrar a Malú. Me juego la vida que se ha encerrado en el baño a llorar.
+ Malú.
La llamo. Abre la puerta y aparece con su ropa.
- No digas nada.
Suplica. Sus ojos están enrojecidos y sale decidida en busca de un nuevo atuendo que probarse.
+ Ven aquí.
Tiro de ella y vuelvo a meterla en el servicio, conmigo dentro.
+ No escuches a Rosa.
Suplico.
+ Estás guapísima.
Prometo.
- Martín, tengo prisa.
Se escaquea, refugiándose en su personaje fuerte e impenetrable.
- Tengo dos horas para encontrar que ponerme y estar lista frente a las cámaras.
+ Ya.
Me rehuso a dejarla salir.
+ Y yo te estoy pidiendo solo cinco minutos.
Resopla.
- Te escucho.
Mira su reloj tras mi silencio en busca de las palabras adecuadas.
- Te quedan cuatro.
Suspiro dando la situación por perdida. No habrá como hacerla entrar en razón ahora, por lo que simplemente atrapo su cara entre mis manos y la beso.
+ Te quiero.
Prometo sin separarme de ella. Apoyando mi frente en la suya y milagrosamente siento como se destensa, cruzando sus brazos por mi torso.
+ ¿Puedo proponerte algo?
Accede a oírme con un ligero movimiento de cabeza.
+ Deja toda esta mierda aquí.
Recomiendo.
+ Te llevo a tu casa, elige ropa que te haga sentir cómoda y segura frente a las cámaras.
Apuesto que dentro de ese ropero del tamaño de una habitación encontrará algo que cumpla con sus requerimientos.
+ Le pides a Soledad que te encuentre allí para maquillarte, y yo mismo te llevo a tiempo al hormiguero.
Duda por unos segundos.
- ¿De verdad harías eso por mí?
+ Solo si me prometes que no vas a permitir que Rosa te haga daño.
- Ella no quiere hacerme daño.
La defiende como siempre. No hay peor ciego que el que no quiere ver.
- Pero joder, es la única que me dice la verdad.
Un puchero acecha, pero ella es más fuerte y no se permite romperse, manteniendo la compostura.
+ La única verdad es que esa mujer tiene veneno en la lengua.
Espeto disgustado.
+ Reinona.
Apelo al mote cariñoso que tanto le gusta.
+ Estás guapa a rabiar, querías perder peso y lo estás haciendo, tienes una carrera implacable que solo va a mejor y es producto de tu talento y tu esfuerzo, no por...
- Llévame a casa.
Me interrumpe y sonrío triunfal.
+ Esa es mi chica.
Le doy un pico fugaz y volvemos a por nuestras cosas.
- Me llevo esto.
Anuncia cogiendo las prendas de los shows.
R: ¿A dónde vas?
- A cambiarme a casa.
Recoge su bolso y un par de cosas.
R: Malú, Manuel viene a recogerte aquí.
La persigue.
- No hace falta. Martín va a llevarme.
Zanja dando pasos apresurados rumbo al coche y dejando a Rosa con la palabra en la boca.