Capítulo 150

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- ¿En serio?

Me quedo anonadada.

- ¿Al parchís?

Corroboro asegurándome que es aquel juego lo que trae entre sus manos.

+ Si no quieres hablar, podemos solo divertirnos.

Explica.

+ Pensé en algunas cosas que podríamos hacer en la ciudad, pero aún es muy pronto para sacarte por ahí.

Se encoge de hombros.

+ Y esto es lo único que traje conmigo para pasar un buen rato encerrados en una habitación de hotel.

Expone.

+ ¿Te animas a una partida?

Propone.

- Te recuerdo que no se me da bien perder.

Me hago a un lado dejándole pasar.

- Y a esto sí que sé jugar.

Advierto amenazante. No cuenta con la ventaja que significaba mi falta de experiencia en el billar.

+ ¿Merece la pena que lo intente?

Se atreve divertido.

- Tu sabrás.

Me hago la interesante cerrando la puerta, pero ahora si llega la comida, por lo que vuelvo a abrirla para que el chaval que la trae pueda dejarla dentro de la habitación.

+ Siempre me ha dado curiosidad saber que comen las súperestrellas.

Se burla ganándose un guantazo. Que tonto es.

- Verduras con salmón al vapor.

Contesto antes de dejar la comida al descubierto. Es lo que he pedido.

+ Vale, los humanos normales comemos mejor.

Me pica.

+ Guarradas como hamburguesas, pizza y tal.

Me hace reír otra vez.

- ¿Tu has cenado?

Niega con un gesto.

- Podemos compartir.

+ De eso nada. La que se ha consumido toda la energía del cuerpo corriendo por el escenario como una leona eres tú.

- Anda, no te hagas de rogar.

No voy a cenar sola frente a él. Es... incómodo.

+ Tu termina eso, yo voy preparando esto.

Empieza a colocar todo para la primera partida.

- ¿A ti te parece normal ir con un parchís en la maleta?

Abandono el plato y me acomodo frente a él. Me intriga muchísimo saber por qué trae el juego a cuestas.

+ Tu gira es muy larga, jefa.

Se encoge de hombros despreocupado.

+ Y aunque Eva no puede pasársela mejor con Malena, a veces me echa de menos.

Explica enterneciéndome.

+ Ella se queda con uno en casa y yo me traigo el otro. Jugamos hablando por teléfono.

Me informa de todo.

+ Yo le digo lo que debe mover cuando es mi turno y ella hace lo mismo conmigo.

Sonrío derritiéndome. Puede que sea uno de los detalles más tiernos que le he escuchado a alguien, pero un pensamiento fugaz se cruza por mi cabeza, y es que aunque a veces odie admitirlo, Martín es así. Está lleno de detalles.

+ ¿Qué color?

- Azul.

+ Ese es el mío.

Protesta.

- Ya te vale.

Finjo enfadarme.

- Rojo.

Digo lista para jugar.

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