R: Tranquilo, parece un perro rabioso, pero no muerde.
Ríe antes de colocarse junto al piano.
Y así, entre canciones, chistes de la banda y regañinas de Malú, más canciones y vueltas a empezar se nos acaba el día. Ha sido difícil, pero me lo esperaba peor.
Narra Malú
+ Malú.
Reclama mi atención. Ya todos se han ido. Hemos recogido y tras conversar unos últimos detalles con Rubén he pasado al baño antes de salir.
+ Espera.
Da pasos agigantados para alcanzarme. No he querido frenarme.
- Llevo prisa.
+ Quería aclarar lo del otro día.
- ¿El que?
+ En tu casa.
Carraspea nervioso y se acaricia la nuca.
+ No quise apartarme.
Se excusa.
+ Estabas borracha y aunque te hubiese besado gustoso, hubiese sido aprovecharme de ti...
- No sé de que hablas.
Miento.
+ ¿Vas a actuar como si nada ha pasado?
Pregunta perplejo y con el gesto desencajado.
- Nada ha pasado.
Corrijo. No es fingir. El me ha hecho la cobra, evitando aquel encuentro furtivo de nuestras lenguas.
- Hemos bebido demás y querido fingir que podríamos ser amigos, pero tú y yo solo trabajamos juntos, Martín.
Aclaro.
- Buenas noches.
Me despido. Odiarle ahora mismo por dejarme con las ganas de probar el sabor de sus labios no me permite ser maleducada, y saber que su actitud ha sido por no aprovecharse de una mujer borracha le juega a favor.
+ Espera.
Intenta retenerme, pero no pienso hacerlo. No puedo admitir que su boca me sigue apeteciendo tanto ahora que estoy sobria como aquella noche que llevaba más alcohol que sangre en las venas.
- Te he dicho que llevo prisa.
+ Yo no, puedo acompañarte.
- ¿Qué quieres?
Me paro para mirarle y acabar con esto de una vez.
+ Ser tu amigo, joder.
Levanta el tono.
+ No sé por qué te empeñas tanto en mostrarte como una borde, en discutir por todo o en esquivarme.
Enumera mis posibles comportamientos, y no falla.
+ El viernes me la he pasado estupendamente contigo.
Admite bajito, temeroso por mi respuesta.
+ Si juntos nos podemos divertir tanto, ¿por qué elegir llevarnos fatal?
Consigue ablandarme. Yo también me lo he pasado bien, sí.
+ ¿Amigos?
Me tiende la mano. Creo que ha sabido percibir la pequeña sonrisa que yo he intentado ocultar.
- Amigos.
Acepto.
+ ¿Vamos a cenar algo por ahí?
Propone.
- Te he dicho que llevo prisa.
Le recuerdo risueña.
+ Prisa por escaparte de mí.
Achina los ojos para mirarme.
- Oye, soy una mujer llena de compromisos.
Me defiendo.
+ Eso no lo dudo, pero ahora estás libre.
- ¿Y tú cómo lo sabes?
+ Porque mientes fatal.
Consigue hacerme reír.
- Miento que te cagas, pero ahora no me ha hecho falta hacerlo.
Le reto.
+ Vale.
Rueda los ojos dándome por perdida.
+ ¿Vamos a cenar?