Capítulo 140

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P: Malú, cariño, no me hagas más preguntas.

Me pide abrazándome para dejarme llorar en su hombro como cuando era una niña.

P: No merece la pena, cielo.

Me acaricia compasiva.

- ¿Qué me hizo papá, mamá?

Pregunto entre jipíos.

P: No lo sé.

- No me mientas.

Espeto rabiosa.

P: No lo hago, cariño.

Ella no sube la voz. Solo busca darme apoyo y contención.

P: Nunca me lo contó.

- Necesito saberlo todo, mamá.

Suspira y se sienta a mi lado, sin dejar de demostrarme su cariño en ningún momento.

P: Ya sabes que a nosotros nunca nos gustó Sebastián.

Hago un puchero y vuelvo a romperme al escuchar su nombre. No puedo creer que semejante cretino también sea el responsable del divorcio de mis padres.

- Yo le quería.

Recuerdo cuando empecé con el, a los dieciséis años, mis padres me comían la cabeza para que le dejara, pero yo estaba totalmente enamorada, y al cumplir los dieciocho decidimos casarnos.

P: Nunca lo dudamos.

- Y vosotros estabais empeñados con el.

P: Los años nos dieron la razón, hija.

Me recuerda.

- ¿Qué hizo papá?

Pregunto gimoteando.

P: No lo sé, pero consiguió que sus padres se lo llevaran bien lejos.

- ¿Sebastian me dejo por culpa de papá?

P: No.

Garantiza.

P: Sus padres tampoco te querían a ti.

- Pero...

Mi mente empieza a imaginarse algunas ideas macabras.

P: Ellos iban a llevárselo. Tu padre tan solo colaboró con algo de información que les ayudó a hacerlo, a cambio de mucho dinero. En aquella época casi no nos alcanzaba para comer.

Explica.

P: Nunca me dijo que información vendió, pero yo jamas pude perdonarle que te dejara sufrir como lo hiciste.

Me mira entristecida.

P: Como lo sigues haciendo.

Se corrige en un susurro.

- ¿Por qué nunca me habías dicho esto, mamá?

Le recrimino.

P: ¿De que iba a servir?

Se excusa.

P: Tu padre te quiere y lo único que hubiese conseguido es que además de sufrir por un hombre que fue un capullo contigo, también le odiaras a él.

- Le odio ahora.

Prometo entre lágrimas.

- Le odio con todas mis fuerzas.

Sentencio.

P: Pepe fue un canalla.

Me da la razón.

P: Pero no permitas que Sebastián siga destruyendo las cosas bonitas de tu vida, hija.

Acaricia mi rostro mirándome suplicante.

P: Todos cometemos errores y ese fue el de tu padre.

Le defiende.

P: Pero ese cretino te robó los sentimientos, Malú.

Parece dolerle tanto como a mi.

P: Llevas diez años sin permitir que nadie te quiera de verdad. ¿piensas además dejar que te quite la relación bonita que tienes con tu padre?

Limpia mis lágrimas. Sus palabras suenan dolorosas a rabiar.

P: A Pepe voy a guardarle rencor yo toda la vida.

Promete.

P: Tu mereces liberarte de tanto sufrimiento.

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