Narra Malú
Toco el timbre en el hogar que me vio crecer. Estoy agotada, ha sido un día de locos, pero tampoco me apetecía quedarme en casa. Martín me ha cancelado y jamas pensé que me sentiría tan sola en su ausencia. Aunque no todas las noches goce de su compañía, hoy si pensaba aferrarme a la calidez de su cuerpo. La Pepi me ha invitado a cenar y sin asegurar mi aguante hasta las doce, un rato a solas con mi madre siempre es un buen plan.
¡Sorpresa!
Siento que el alma va a abandonar mi cuerpo del susto que me han dado. Las luces del salón se encienden y reconozco a familiares y amigos.
- Pero...
P: No te vamos a desear el feliz cumpleaños que todavía es pronto y trae mala suerte.
Los brazos de mi progenitora me reciben achuchándome.
J: Canija.
Es mi hermano el que le sigue. Luego paso por los de Chia, de Curro, de Casilda. También por los de mis tías Reyes y Lourdes, y una larga fila de familia. Alejandro me arropa cariñoso. Llevaba meses sin verle. Le siguen Melendi, Pilar y Vanesa.
- Mis niñas.
Disfruto de ver a mis amigas.
- Estáis todos locos.
Prometo saludando a algunos de la banda.
- ¿Pero tú no estabas con tu hermana?
Río al toparme con Martín.
+ Digamos que he cambiado a mi hermana por tu hermano.
Me hace reír, pero aunque quisiera quedarme todo el rato con él, continúo con mi ronda de saludos, abrazos y agradecimientos.
- Rosa.
Mi manager no podía faltar. Ya es parte de la familia.
R: Felicidades, Malú.
- Gracias.
Digo sincera.
- Gracias a todos por estar aquí.
Esta vez el mensaje no va dirigido a una sola persona.
- Me habéis emocionado.
Prometo.
Narra Mateo
La velada no tarda en convertirse en un tablao flamenco en el salón. Aquí si que saben montarse una fiesta. José me había comentado que sería algo pequeño, y entiendo que por ser entre semana y algunos compromisos ha habido gente que no ha podido venir, pero yo aunque quisiera no tendría a tantos conocidos para invitar.
Agradezco la presencia de mis compañeros, me hacen sentir cómodo y no el único extraño en el lugar, pero es evidente que ellos llevan más tiempo en las fiestas de Malú. Se desenvuelven con mayor naturalidad, especialmente Julián y Yago, que son amigos de José de toda la vida. Yaiza es mi aliada de la noche. Ella tampoco parece conocer a cada uno de los presentes y me da conversación sin morderse la lengua.
Cada tanto los ojos se me van hacia Malú. Esta feliz. Sonriente. Radiante.
- ¿Me acompañas a fumar?
Me pide trayendo a José con ella, que no tarda en empezar una charla con mi compañera. La mirada traviesa de Malú y los ojos cómplices de su hermano me hacen entender que ha sido ella la creadora del plan.
+ Claro.
Acepto saliendo al jardín. Me moría por tener un ratito a solas, aunque aquí no pueda disfrutarla.
- Que bien guardadito te lo tenías, capullo.
Se queja poniendo morritos.
+ Creo que de eso van las sorpresas.
Sonrío y para mi asombro sus labios se estampan contra los míos.
+ Reina, pueden vernos.
No hemos hablado de contar lo nuestro. A mi no me importa gritarlo a los cuatro vientos, pero ella ha sido celosa de mantener las distancias cuando no estamos solos, y de lo que no dudo, es de que voy a respetarla.