Narra Mateo
Doy vueltas en la cama sin poder dormir. La imagen de los ojitos acuosos de Malú y la manera en que se mordía temblorosa el labio inferior no quieren irse de mi cabeza. Igual me pasé con ella. Quería hacerla entender que no puedo dejar mi trabajo, pero no lastimarla y mucho menos hacerla llorar. Aunque si que pienso que se su comportamiento conmigo es fatal.
+ Joder, Mateo, has sido un bruto.
Me regaño.
+ Te has pasado veinte pueblos. ¿Cómo vas a hablarle así?
Yo no trato mal a la gente. Algo tiene ella que me provoca y... Suspiro.
+ ¡Que la culpa de este trabajo de mierda no es suya!
Me recuerdo en voz alta, arrepentido. Ella no lo hace más fácil, no. Pero es mi jefe quien me tiene aquí, atado de manos y pies.
Salgo de la cama y me coloco una sudadera. Me apetece salir a la terraza y el frío que hace en Madrid es inaguantable. Quince años en Miami me hicieron olvidar el clima de mi ciudad natal.
Cojo la bolsa llena de discos que compré esta mañana y guardé para que Eva no los encuentre sin firmar. Sonrío pensando en la carita que pondrá cuando le entregue toda una discografía dedicada a ella.
• "Mañana tenemos que hablar"
La pantalla de mi móvil se ilumina.
+ "Estoy despierto"
Contesto asumiendo que busca postergar la charla por la diferencia de horas. Aquí es mucho más tarde que allí.
+ Tronco...
Atiendo a su llamado bajito.
• ¿Eva duerme?
+ Sí.
• ¿Y tú por qué no lo haces?
+ Tu trabajo me está trayendo problemas.
• ¿Ocurre algo?
+ No consigo nada aún.
• Te advertí que no sería fácil.
+ Voy a darte la información que quieres.
Prometo.
+ Pero si que necesitaré tiempo... tenías razón en que es una historia muy bien guardada.
• No te preocupes por el tiempo, te pago por hacer esto, pero recuerda que soy tu amigo, no tu jefe.
+ Ya.
Suspiro. No entendemos la amistad de la misma manera. Los años lo han demostrado.
• Hoy he ido a ver a Alex.
+ Pero si es martes, no puede recibir visitas...
• Cuando pagas por entrar, créeme que puede.
+ No es necesario que lo hagas.
Le recuerdo algo enfadado, no quiero deberle más favores.
• Mateo, tu hermano es casi como el mío. Tú estás lejos y yo no voy a dejarle solo.
"Podrías visitarle en los horarios estipulados, como hace todo el mundo que tiene gente en la clínica. Pienso sin poder decírselo.
+ ¿Qué tal está?
• No deja de preguntarme por ti y por Eva, que si estáis bien, como os va en Toledo y a ella en la escuela.
+ Ya nos instalamos en Madrid.
Le cuento.
+ He estado tan liado que no he tenido tiempo de contaros...
• Haces bien. Es lo mejor para vosotros.
+ Si, Eva parece más contenta aquí.
• Tú también lo estarás... tienes que conocer a alguna tía y empezar a pasártelo bien, colega.
Me echo a reír. Vaya concejo.
• No me interesa. A ver si me centro en lo que me trae a Madrid y puedo darte noticias dentro de poco.