Narra Mateo
El recinto está a rebosar. La banda ya está sobre el escenario y he perdido la cuenta de las veces que he visto a Malú santiguarse nerviosa antes de aparecer cantando. Está increíble. Preciosa como siempre, dejándome con ganas de tenerla cerquita y arrancarle cada una de las prendas que cubren su menudo cuerpo.
Se agarra con firmeza a Vivi y sube las escaleras que la llevarán a coronarse nuevamente esta noche. En el lateral estamos los de siempre. Los que curramos y tenemos aquí nuestro lugar, y Pepi, su compañera incondicional, que esta vez parece muy bien acompañada de un tipo alto. Miro a Cato inquisitivo y su movimiento de labios me hace saber que no es nada más y nada menos que Melendi.
Malú corre, salta, brinca y baila sobre el escenario. Es su lugar. Se mueve en él como un pez en el agua y tiene una sonrisa que, aunque quisiera, no podría ser más bonita.
- Cuántas veces vivimos algo mágico.
No creo que el público sea capaz de percibirlo, pero Malú mira a Melendi con una complicidad que me incomoda.
- Cuántas veces hablamos por teléfono.
Sin tener motivos me siento desplazado. Mientras ella sigue dándolo todo y el público baila rendido a sus pies.
- Cuántas veces bailamos al amanecer.
M: Y tantas.
Grita Melendi sin micro. Nadie puede oírle, solo los que estamos aquí, y siento como me consumo.
- Cuántas veces si casi nos vimos crecer.
M: Esa es mi Malú.
Vuelve a cortar, disfrutando del concierto y orgulloso de su ¿chica?
P: Martín, ven aquí, que no te había visto.
Mientras Malú corre a cambiarse de ropa su madre me saluda tan efusiva como siempre.
+ ¿Cómo estas, Pepi?
La tuteo con dificultad. Ha insistido en que lo haga, argumentando que no es tan mayor para que la llame de usted.
P: Mu' bien, chiquillo. ¿Y tú?
Su acento andaluz lo ha heredado su hija y lo usa cuando la pillo expresándose de la forma más natural.
+ Bien, gracias.
Aseguro con cortesía.
+ Melendi.
Le tiendo la mano presentándome.
+ Soy Martín.
M: Martín. Malú me ha hablado de ti.
Amable y divertido me lo confiesa.
M: Un placer.
+ Igualmente.
M: Pedazo de show se está marcando la cabrona.
Ríe.
M: Orgulloso de ser su mejor amigo.
De repente siento como si me hubiesen quitado una piedra que me estaba oprimiendo el corazón y vuelve a latir con normalidad. Ahora lo recuerdo. Son amigos. Lo han dicho en varias entrevistas y si no me equivoco él la ha ayudado a escribir algunos temas de este disco. Ahora entiendo la complicidad con la que se miraban y me siento... Aliviado.