Narra Malú
Le miro atónita sin saber cómo reaccionar. Necesito sentirle muy dentro.
- Martín.
Me quejo rogándole que no me torture así.
+ Malú.
Atrapa mi cara entre sus manos.
+ Mírame.
Señala su enorme erección.
+ No te haces una idea de cómo deseo darte placer, satisfacerte y dejarme llevar por las ganas que te tengo.
Se aparta cuando intento masturbarle.
+ Pero te quiero, joder.
Suspira frustrado.
+ No quiero que mis palabras se queden en clichés, ni que llegues a pensar que uso frases románticas carentes de significado.
Se explica.
+ Quiero amarte y entregarte mi corazón, no solo mi cuerpo.
Deja una caricia en mi mejilla que arde a medida que sus dedos la recorren, reclamando más contacto.
+ Necesito que tú también me quieras.
Baja la mirada, confesándose en un susurro.
+ Y ojalá algún día llegues a amarme, porque creo que yo empiezo a hacerlo.
Apenas le sale un hilo de voz.
+ ¿No ves que la única forma es demostrarte que mis sentimientos son de verdad?
- Lo estoy intentando.
Le recuerdo sin llevarle la contraria. Es cierto que a veces pienso que me dice cosas por ganarse mi corazón, pero que es un hombre, como cualquier otro, y que no merece la pena arriesgarme a volver a sufrir por el.
+ Deséame a mí.
Me mira haciéndose pequeñito.
+ En cuerpo y alma, no que cualquier polla te saque el calentón.
Suspiro temblorosa y cierro los ojos saboreando sus palabras. El no parece cómodo después de haberse confesado, porque me aparta la mirada. Luego quita su mano que acunaba mi rostro y entristecido sale del baño, dejándome sola con un mar de sensaciones.
...
..
Dejo el agua correr mientras se calienta con un sabor amargo en la boca. Me he despedido de Martín sin hablar mucho más. Tan solo un casto beso en sus labios que no ha recibido con el deseo de siempre. Me desnudo para entrar en la ducha y me dejo empapar bajo el grifo. Mi cabeza no deja de pensar en él. En lo bonita que fue la noche que pasamos. En el delicioso sabor de su boca. En su enorme deseo de sentir que nuestros sentimientos son mutuos y en su mirada rota al suplicarme que le quiera.
Llevo mis dedos al vértice de mis piernas, recordando la forma en la que Martín me toca. Los introduzco recordando sus besos húmedos y la forma que tiene de hundirse en mi, aunque aquello no haya ocurrido esta noche. Pienso en él. En sus ojos, en su sonrisa, en su canallería, pero no consigo correrme. Vuelvo a recordarle, intensificando mis movimientos, pero acabo por dejar de intentarlo, o yo misma voy a hacerme daño.
Salgo de la ducha sin apenas secarme. Pretendo volver a ella en solo unos segundos. Y lo hago, con el vibrador en mis manos.
- Martín.
Susurro su nombre mientras sola guío el aparto en mi interior. Se siente bien, pero no es él. Lo tiro llena de rabia al suelo y me aclaro el pelo deseando aclarar también mis sentimientos.