Narra Mateo
La cabeza no deja de darme vueltas. En realidad es Malú la que no deja de dar vueltas en mi cabeza. No puedo evitar sonreír cuando la recuerdo gimiendo mi nombre. Cuando sus músculos se tensaron y yo fui el responsable. Cuando me miraba haciendo que el mundo se detenga.
+ Basta, Mateo.
Me regaño a mi mismo.
+ Tienes que llamar ya mismo a Sebastián.
Me obligo cogiendo el móvil. No puedo seguir con esto. Necesito dejar de investigar a Malú. Mentiría si dijera que no me interesa lo que ha pasado con esa carta, pero quiero que ella me lo cuente, porque me he ganado su confianza, y no tener que correr a traicionarla con su ex.
+ S... Se...
Gano tiempo buscando en mis contactos del teléfono en lugar de escribir su nombre.
+ Sebastián... Tenías que aparecer tan rápido... si hasta para eso eres un capullo.
Farfullo. Necesito confesarle a Malú que mi verdadero nombre es Mateo, que es el único invento y jurarle que no habrán más mentiras entre nosotros. Que quiero querernos y que jamas voy a traicionarla.
+ Vamos hombre.
Me animo a mi mismo. Menudo payaso.
• Mateo.
Solo dos tonos y escucho su voz.
• ¿Qué tal, colega?
+ Bien.
Suspiro nervioso acariciándome la nuca. ¿Cómo voy a explicarle que me estoy enamorando de su ex novia. De la mujer a la que me encargó investigar porque no confía en nadie más?
+ ¿Y tú?
• Bien. Ya sabes. Navidad y tal.
+ Pues sí, aquí es igual.
En eso seguimos siendo cómplices. Desde que nos conocemos ninguno tiene ilusión por estas fechas. Son para pasarlas en familia, cuando tienes esa familia perfecta en que todos se quieren y disfrutan de la compañía del otro. En nuestro caso, son cordialidades y un postureo que detesto.
+ ¿Cómo lo lleva tu madre?
Me intereso. Aunque Sebastián nunca tuvo una relación cercana con ella, aquella mujer siempre se mostró amable conmigo y este será el primer año que pase estas fechas viuda.
• Fatal. Sabes lo que le gusta sufrir y aprovecha cada oportunidad para quejarse.
+ Lo siento...
Me compadezco.
• ¿Y Eva? ¿mi niña que tal está?
+ Ilusionada.
• Y eso gracias a ti...
+ Ya...
• Sabes que esta noche pasaré a saludar a Alex.
+ No hace falta.
• Tú hermano merece un abrazo de feliz navidad, Mateo.
+ Gracias.
Contesto escueto. Sí que lo merece, y Eva me ha hecho saber que desearía ser ella quien se lo dé. A mi también me gustaría pasar la noche con él, pero no es posible estando al otro lado del charco y honestamente agradezco el detalle de Sebastián. A veces sigue teniendo esos gestos de amigo incondicional.
• Bueno, cuéntame.
Pide.
• ¿Cómo ha ido anoche?