Capítulo 72

145 11 4
                                    

+ No he podido averiguar nada.

Digo cauto.

+ Y no creo que merece la pena seguir intentándolo, Sebastián...

Me armo de valor.

+ No hay forma de hacerla hablar del tema.

Me excuso incómodo, tampoco quiero forzarla. Y mucho menos hablar de sus secretos con mi jefe.

+ Y nadie parece saber que hace diez años algo ocurrió...

• No estarás hablando en serio...

Espeta.

• Me decepcionas.

Exclama com desdén.

• ¿En una noche de fiesta no consigues lo que quieres y eres tan frívolo como para abandonar un tema así de importante y delicado?

Farfulla.

• ¿Dónde esta es amigo que no permite las injusticias?

Me acusa.

• ¿Ese que cuando la vida le da un golpe, se levanta con más fuerza?

Reclama.

• Si renunciaras cada vez que las cosas se complican, Alex estaría preso, o peor, muerto... y Eva... la pequeña Eva estaría mendigando por un cacho de pan, Mateo.

+ No me rindo...

Me defiendo sin argumentos. No puedo decirle que no quiero seguir porque me estoy enamorando de Malú. No puedo decirle que es una mujer estupenda y que no se merece lo que le estamos haciendo. No puedo decirle que el que se equivocó hace diez años fue él, pero que ahora soy yo el que desea hacerla feliz...

+ Sebastián, está no es la manera...

Intento hacerle reflexionar.

• No hay otra manera.

Se niega a escuchar.

• ¿Lo que quieres es más dinero?

+ No.

Aseguro de mala manera. ¿Por qué sigue pensando que conmigo también conseguirá todo sumando euros, es que acaso no me conoce?

• Yo no he dejado caer a tu hermano.

Me recrimina dolido y enrabiado.

+ Lo sé.

Resoplo agobiado. Sebastián está pagando su recuperación y todos los costos que aquello conlleva. Sus deudas con traficantes. Ha usado su dinero para que yo pueda ocuparme de Eva y traérmela fuera de Estados Unidos con todos los papeles en orden, sin que tenga que pasar por trabajadores sociales, ofreciéndole una mejor vida... a Sebastián le debo todo...

• Te creía diferente...

Exclama en un quejido.

• Jamás hubiese imaginado que tú ibas a renunciar a la primera dificultad.

Me hace sentir culpable. ¡Que no es por la dificultad, joder, es que la quiero!

• Te he pedido a ti que la investigues porque nadie más sabe que llegué a leer esa carta, Mateo.

Solloza tensándome. Sebastián casi nunca se rompe.

• Mi madre la rompió y tardé horas en unir todos los pedazos.

Me recuerda con la voz quebrada. Pocas veces hablamos de ello cuando éramos jóvenes. Solo cuando me contó cómo llegó a Miami desde España y por qué resentía tanto a sus padres. Yo no era quien para juzgarle por ser un crío rebelde. Mi situación no era muy diferente, aunque los motivos si eran otros. Después de esas confesiones nos emborrachamos y no volvimos a hablar del tema. No lo hicimos hasta hace algunos meses, cuando me pidió desesperado que le ayude a cambio de salvar a mi hermano.

+ Sebastián...

Le llamo para tranquilizarle...

• ¿Qué acaso no te das cuenta que necesito
saber si abortó o soy padre?


Algunos secretos empiezan a revelsarse 💥💥
Contadme que pensáis

Todos los secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora