Capitulo 20

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Narra Malú

Toco el timbre en casa de Melendi. Para sacarme de encima a José y a mi padre he mentido diciendo que he vuelto a quedar con mi mejor amigo para componer un poco. Querían que fuésemos juntos a enseñar un piso que tiene papá en alquiler y no puedo tener menos ganas de acompañarles.

M: ¿Lula, que haces aquí?

- Pues nada, he venido a ver a mi mejor amigo.

Río haciéndole saber que mi visita acompaña otra explicación.

M: Que pelota. Me pillas por salir, pero pasa anda.

- Gracias.

M: ¿Café?

Me ofrece bebiendo de su taza.

- Que va, vengo de desayunar, comer y cenar.

Exagero risueña. Me mira sin entender.

- Papá, que está en Madrid.

M: Ah... Venga, cuéntame lo de anoche. ¿Qué pasó con...?

Pregunta pensativo.

M: ¿Cómo se llama tú futuro chico?

- Como vuelvas a hacer una broma así te quito el habla Ramón Melendi.

Amenazo.

- Ni puta gracia.

Se echa a reír a carcajadas.

M: Lo siento, lo siento.

Se disculpa por compromiso, nada arrepentido.

M: Pero es que no os he visto juntos y si que he visto vuestra tensión sexual.

- No hay tensión sexual tío, es un gilipollas.

Me enfurruño.

M: Te lo vas a llevar a la cama antes de lo que piensas.

Sentencia.

- Vale, me voy.

Recojo mi bolso con un cabreo monumental.

M: Anda, Lumi, no te enfades.

Me atrapa entre sus brazos.

M: Lo siento, no voy a picarte más.

Promete.

M: Perdóname, anda.

Me ruega y cedo. No puedo estar enfadada con Melen.

- Te juro que como vuelvas a insinuar algo así te reviento a guantazos.

M: Vale, vale.

Levanta los brazos inocente.

M: ¿Cómo se llama nuestro enemigo?

- Martín.

M: ¿Y que es lo que ha hecho para tenerte tan disgustada?

- El disgusto me lo das tú con tus bromas tontas.

M: Ala, pero si estamos en paz.

- Te perdono demasiado fácil.

Protesto.

M: Vamos, Lumi, nos van a dar las uvas y tengo que irme.

- Pues nada, que ha llegado al primer ensayo proponiendo que cante aprendiz en acústico, me ha hecho cantarla delante de la banda y a todos les ha encantado.

M: A mi no me parece mal. Es algo diferente a lo que venís haciendo.

- Melen.

Suspiro.

M: El problema no está en que a les ha molado la idea...

Adivina.

M: Es que la idea ha sido de Martín.

- También.

Le doy la razón. A él no puedo mentirle.

- He vuelto a cantarla sola.

Confieso seguido de un suspiro.

- Y es que me duele demasiado, joder.

Gimoteo.

- No puedo dejar de pensar en Sebastián.

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