Capítulo 172

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Narra Mateo

+ Sebas.

Le saludo amigable fingiendo que no le odio con todo mi ser. Si hay alguien que puede darme respuestas para Malú ese es él, y pienso resolver sus dudas, aunque aún no sé cómo le haré llegar la información.

• Hola, Mateo.

Me saluda con frialdad. No hemos vuelto a hablar desde que quise volver a renunciar a esta tortura y él me amenazó con quitarme a Eva.

+ ¿Qué tal?

• Bien. Mucho curro, ya sabes. Y las cagadas de tu hermano que no parece entender que se juega la vida y la de su hija.

+ ¿Qué ha hecho ahora?

Pregunto temeroso. Alex empieza a cabrearme demás.

• Lo de siempre. Cualquier gilipolles a cambio de un poco de mercancía.

+ Sebastián, Alejandro no merece que hagas todo esto por él.

• El imbécil de tu hermano no.

Me da la razón.

• Pero tú sí.

Su respuesta me hace sentir incómodo y en deuda. Ojalá no hiciera tanto por mí.

• Y Eva también.

+ Gracias.

Acierto a decir.

• No las des.

+ Tronco, necesito que vuelvas a contarme todo lo que pasó entre Malú y tú.

Le pido.

• Lo sabes todo, Mateo.

+ Estoy investigando.

Miento.

+ Me falta información, y puede que tú puedas dármela.

• ¿Qué necesitas saber?

+ Todo. Desde el comienzo.

• La conocí en Algeciras.

Repite una historia que ya conozco.

• Fue amor a primera vista. Estaba deslumbrante y aburrida en una fiesta de su prima.

+ ¿Casilda?

Corroboro.

• Sí.

+ Sigue.

Le pido.

• No me hacía mucho caso, pero ya sabes cómo soy, a Sebastián Ortega nadie le dice que no.

Suspiro. Lamentablemente lo sé mejor de lo que me gustaría.

+ ¿Llegaste a quererla?

• Me ofende tu pregunta.

Sentencia.

• La quise con locura.

+ Ya... es que cuando se te mete algo en la cabeza...

• Empecé a buscarla como un capricho, pero me volví loco por ella.

Por primera vez le entiendo. Yo también estoy loco por ella.

• Aquella noche la invite a bailar, pero poco después volvió a su casa sin interesarse por mí.

Me cuenta. Esto ya lo sabía.

• Las semanas pasaron y volvimos a coincidir en Madrid. Después de bastante esfuerzo conseguí invitarla a salir, pero ella estaba empezando en la música y una chiquilla de dieciséis años no lo tiene fácil en un mundo adulto y lleno de hombres.

+ ¿Por qué?

No lo dudo, pero esta parte de la historia en que Sebastián se muestra sensible y atento con ella es nueva para mi.

• Su tiempo era escaso y a mí no me importaba recogerla de donde estuviera para pasar tiempo juntos.

Su voz se torna nostálgica.

• Nuestra primera cita fue después de un programa de televisión. Se sentía incómoda frente a las cámaras.

Recuerda.

• Me lo dijo por teléfono, y en cuanto subió al coche después de grabar se echó a llorar desconsoladamente.

+ Sigue sin que le gusten las cámaras.

Brindo información irrelevante para que piense que cumplo con mi trabajo de investigarla. Es súper celosa de su vida privada y me ha comentado en más de una ocasión que le ponen nerviosa las preguntas que puedan soltarle algunos entrevistadores sin tacto, pero cualquiera podría darse cuenta que lo suyo está en la música, no en el cotilleo que la vida de un artista puede acarrear.

• Normal. Hay recuerdos que no se olvidan y traumas que no se superan.

+ ¿Qué traumas?

Pregunto encendiendo todas mis alarmas.

• Un cámara intentó abusar de ella.

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