Capítulo 161

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Narra Mateo

Unos días después paso a por Malú en el estudio. Desde aquella tarde que volvimos a Madrid no hemos podido vernos. Eva se puso mala y ella está exigida por empezar un nuevo disco. Dice que está acostumbrada a este ritmo y que Rosa espera de ella solo lo que puede dar, enseñándole a entregarse por completo a su carrera, pero a mi hay cosas que no me cierran. Acaba de empezar esta gira y su manager no deja de sumarle conciertos y forzarla a estar a tope para cuando acabe empalmar con una nueva gira.

- Hola.

Sube al coche con una sonrisa y ojeras.

+ ¿Qué tal ha ido?

- No me gusta ninguna canción de las que he oído, pero Rosa dice que algunas podrían quedar muy bien en mi voz.

Me cuenta.

- Hemos grabado unas maquetas, pero no me convence.

+ Ya... tienes tiempo.

- No tanto. Con la gira se pasa demasiado rápido y el próximo disco...

+ ¿Y no has pensado en disfrutar de esta gira y el próximo disco ya se verá?

La interrumpo.

- ¿Como se encuentra Eva?

Cambia el tema, evadiendo detenerse a pensar en lo que le he dicho, aunque confío en que en algún momento lo hará.

+ Mucho mejor, hoy ha ido a la escuela.

- ¿Cuándo vas a presentármela?

+ Igual la cuelo a camerinos cuando toques en Madrid.

- También puedes llevarla a Logroño.

Propone. Allí es el próximo concierto.

+ No. Tendría que dormir con ella en la habitación y la última vez tuve la suerte de que una chica guapísima se colara en mi cama. Si me llevo a la niña no creo que vendría otra vez.

Se sonroja y baja la mirada, pero la sonrisa que se escapa de sus labios no pasa desapercibida para mí.

- Que malo eres. Seguro Eva se la pasaría genial.

+ ¿En serio quieres que la lleve?

- Claro.

+ ¿Y nosotros?

- Seremos dos buenos amigos.

+ Se queda en casa.

La hago reír y aprovecho la luz roja del semáforo para robarle un beso.

+ ¿Qué quieres hacer?

Cambio el tema. Se ve cansada.

- No lo sé, ¿y tú?

+ ¿Comiste?

Niega con la cabeza.

+ Malú...

Desapruebo su comportamiento con el tono de voz. No puedo apartar los ojos de la carretera. Entiendo que se esfuerce por conseguir una imagen con la que se encuentre cómoda y eso le exija más ejercicio y comer mejor, pero no quisiera que la situación se le vaya de las manos. Son casi las seis de la tarde.

- No he tenido tiempo.

Se excusa inocente.

+ Ya.

No le creo.

+ ¿Paramos en un bar?

- No, vamos a casa.

Contesta decidida.

- ¿Preparamos algo y miramos una peli?

Propone apaciguando sus maneras.

+ Vale.

Accedo conduciendo en aquella dirección. Pillamos algo de atasco, pero tras poco más de media hora aparco en su hogar. Sus mascotas nos reciben y yo solo puedo mirar enternecido la manera en que las llena de mimos.

- Venga, vamos a la cocina.

Me guía dispuesta a preparar la cena.

- Tendría que hacer la compra.

Se queja frente a la heladera.

+ Nos apañamos con esto.

La ayudo a elegir algunos alimentos para improvisar algo. Cocinamos entre risas y algunos besos robados.

- ¿Pero ahora quien es?

Farfulla apartándome mientras mis labios recorren su cuello. El timbre nos ha cortado el rollo.

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