Narra Mateo
Unos días después paso a por Malú en el estudio. Desde aquella tarde que volvimos a Madrid no hemos podido vernos. Eva se puso mala y ella está exigida por empezar un nuevo disco. Dice que está acostumbrada a este ritmo y que Rosa espera de ella solo lo que puede dar, enseñándole a entregarse por completo a su carrera, pero a mi hay cosas que no me cierran. Acaba de empezar esta gira y su manager no deja de sumarle conciertos y forzarla a estar a tope para cuando acabe empalmar con una nueva gira.
- Hola.
Sube al coche con una sonrisa y ojeras.
+ ¿Qué tal ha ido?
- No me gusta ninguna canción de las que he oído, pero Rosa dice que algunas podrían quedar muy bien en mi voz.
Me cuenta.
- Hemos grabado unas maquetas, pero no me convence.
+ Ya... tienes tiempo.
- No tanto. Con la gira se pasa demasiado rápido y el próximo disco...
+ ¿Y no has pensado en disfrutar de esta gira y el próximo disco ya se verá?
La interrumpo.
- ¿Como se encuentra Eva?
Cambia el tema, evadiendo detenerse a pensar en lo que le he dicho, aunque confío en que en algún momento lo hará.
+ Mucho mejor, hoy ha ido a la escuela.
- ¿Cuándo vas a presentármela?
+ Igual la cuelo a camerinos cuando toques en Madrid.
- También puedes llevarla a Logroño.
Propone. Allí es el próximo concierto.
+ No. Tendría que dormir con ella en la habitación y la última vez tuve la suerte de que una chica guapísima se colara en mi cama. Si me llevo a la niña no creo que vendría otra vez.
Se sonroja y baja la mirada, pero la sonrisa que se escapa de sus labios no pasa desapercibida para mí.
- Que malo eres. Seguro Eva se la pasaría genial.
+ ¿En serio quieres que la lleve?
- Claro.
+ ¿Y nosotros?
- Seremos dos buenos amigos.
+ Se queda en casa.
La hago reír y aprovecho la luz roja del semáforo para robarle un beso.
+ ¿Qué quieres hacer?
Cambio el tema. Se ve cansada.
- No lo sé, ¿y tú?
+ ¿Comiste?
Niega con la cabeza.
+ Malú...
Desapruebo su comportamiento con el tono de voz. No puedo apartar los ojos de la carretera. Entiendo que se esfuerce por conseguir una imagen con la que se encuentre cómoda y eso le exija más ejercicio y comer mejor, pero no quisiera que la situación se le vaya de las manos. Son casi las seis de la tarde.
- No he tenido tiempo.
Se excusa inocente.
+ Ya.
No le creo.
+ ¿Paramos en un bar?
- No, vamos a casa.
Contesta decidida.
- ¿Preparamos algo y miramos una peli?
Propone apaciguando sus maneras.
+ Vale.
Accedo conduciendo en aquella dirección. Pillamos algo de atasco, pero tras poco más de media hora aparco en su hogar. Sus mascotas nos reciben y yo solo puedo mirar enternecido la manera en que las llena de mimos.
- Venga, vamos a la cocina.
Me guía dispuesta a preparar la cena.
- Tendría que hacer la compra.
Se queja frente a la heladera.
+ Nos apañamos con esto.
La ayudo a elegir algunos alimentos para improvisar algo. Cocinamos entre risas y algunos besos robados.
- ¿Pero ahora quien es?
Farfulla apartándome mientras mis labios recorren su cuello. El timbre nos ha cortado el rollo.