+ ¿El que?
- Que cuando brindéis vas a llamarme.
La miro enternecido. Tiene un corazón tan grande que no le cabe en el pecho.
+ No hace falta. Estaré bien.
Prometo.
+ Y tú divirtiéndote a lo loco con los tuyos.
- Martín.
Me habla seria, levantándose para rodear la mesa y ponerse frente a mi, muy cerquita.
- Cuando hicimos las paces y acepté ser tu amiga, no fueron solo palabras.
Advierte.
- Si eres mi amigo, eres de los míos.
Quisiera comérmela a besos ahora mismo. Es la persona más adorable que conozco, y me emociona su empatía. Su forma de preocuparse por mí. Su forma de cuidar de quienes le importan.
- Y yo quiero hablar contigo esta noche.
Asevera.
- Me apetece que me llames y brindar juntos aunque estemos a varios kilómetros de distancia.
+ Vale.
Acepto encantado. Es sin duda alguna la persona con la que más me apetece hablar esta noche.
+ Prometido.
La acerco más a mi para besarla sin pretensiones. Dentro de unos minutos tengo que irme a por Eva y poner rumbo a Toledo.
- ¿Puedes quedarte un poquito más?
Pregunta juguetona. Colando su mano por mi jersey y acariciándome los pectorales con la punta de su dedo.
+ No puedo.
Bufo.
+ Y no me líes.
Le ruego. Me mira con picardía y la manera en la que muerde su labio inferior es de lo más provocadora.
- Una lastima.
Acepta con guasa.
- Un buen polvo antes de navidad te ayudaría a enfrentarla mejor.
Intenta escurrirse de entre mis brazos llena de chulería. Me ha puesto a mil en solo unos segundos.
+ Eres una chantajista.
Vuelvo a besarla con vehemencia.
+ No sigas por ahí.
Advierto.
+ Que tengo que conducir y hacerlo así no será fácil.
Señalo el bulto en mis pantalones del cual ella es la única responsable.
- Jajaja
Se echa a reír a carcajadas.
- Eres un guarro.
+ Tendrás morro.
Me defiendo.
- Anda, vete ya.
Me echa entre risas.
- Que soy demasiado irresistible y como te sigas tardando, no respondo por mis actos.
+ Creída.
Le doy un beso fugaz.
- Suerte con tu viaje.
Baja su mirada y vuelve a reír.
- Ya me cuentas que tal te va.