Suspiro.
+ ¿Te ha caído jugo de limón sobre una herida abierta?
Ma: Sí.
+ Pues así.
La miro por un segundo y luego vuelvo a centrarme en las verduras.
+ Escuece... mucho...
Admito.
Ma: Tenés que hablar con ella, Mateo.
+ ¿Para qué?
Dejo el cuchillo y es ella quien continúa con la comida.
+ Fue muy clara cuando me dijo que yo me estaba confundiendo... yo le hacia el amor y ella me follaba, no tengo nada que reclamarle, Male.
Ma: Para mi, si te llamó tantas veces es porque se dio cuenta que siente algo más por vos.
+ Que no, tía. Ella no es así. Malú es de amigos... y sexo.
Digo bajito, aún dolido. Yo si que siento cosas por ella. Yo echo de menos hacerla mía por las noches y despertarla a besos por las mañanas, aunque esa rutina nunca ha existido. Soy un jodido imbécil extrañando más lo que nunca tuvimos que lo que realmente llegó a ser.
Ma: Mateo, ¿puedo darte un concejo?
+ Parece coña que me lo preguntes.
Le he cogido más confianza a Malena que a cualquier persona que conozco de toda la vida.
Ma: Ustedes tienen que hablar.
Insiste.
Ma: Siendo sinceros los dos, empezando por ti.
Deja lo que hace para mirarme fijamente.
Ma: Queres enamorarla a base de una mentira, loco.
Dice protestona y por algún motivo me enternece.
Ma: Yo nunca te hubiese perdonado si te presentabas como Martín, aunque sea como amigo, y no queriendo enamorarme.
+ Ya.
Le doy la razón.
+ Lo sé, Male. No contaba con que mis sentimientos iban a interponerse en mi trabajo y todo se me empezó a hacer bola.
Ma: Por eso, che.
Su acento argentino me encanta.
Ma: Vos vas y le decís toda la verdad. Le pedís perdón, le explicás las cosas, los dos hicieron cagadas, se perdonan y empiezan de cero.
+ Ojalá todo fuera tan fácil.
Ma: Vos lo complicas demasiado y ya ves que se cansó de buscarte.
+ Más o menos.
Me mira confundida.
+ Hoy he llegado tarde, nadie del equipo sabe de mi vida, y mucho menos que estoy a cargo de Eva.
Ma: Vos estás loco, ¿Malú tampoco sabe?
+ No.
Ma: Boludo, lo estás haciendo todo mal.
Me recrimina.
Ma: ¿Querés una relación con ella y no le contás que tenés una sobrina que es casi tú hija?
+ No...
Empiezo a agobiarme. Malena tiene razón, estoy haciendo todo mal.
Ma: Terminá lo que ibas a decirme.
+ Pues nada, que me he disculpado diciendo que tuve un problema familiar, y Malú si sabe sobre mi hermano, Alex.
Le recuerdo el nombre.
+ Cuando me he ido, ha salido corriendo tras de mi pidiéndome hablar, pero he vuelto a decirle que no.
Ma: Lo dicho, vos sos un boludo.
+ Ya.
No puedo negarlo. No tengo argumentos para defenderme.
Ma: Voy a cambiar de consejo.
La miro intrigado.
Ma: Aclaráte y después la buscás.