Narra Malú
Entro al local acompañada de Manu. El equipo, algunos de mis primos y amigos más allegados han venido antes que yo.
- ¿A por unas copas?
Miro a mi guardaespaldas y amigo arqueando los ojos.
Ma: Para que tú estés de fiesta yo tengo que currar, guapa.
Me guiña un ojo. Pobrecillo, todos bebiendo y el fresco como una lechuga.
- Voy a decirle a Rosa que te den un aumento.
Me río.
- Lo mereces.
Ma: Allí mismo la tienes.
La señala divertido siguiéndome el rollo.
- Vale. Yo si me pido algo y luego se lo comento.
Me alejo de él para encontrar a Martín en la barra, solo y muy centrado en su móvil.
- ¿Organizas este fiestón y tú te quedas hablando en vez de compartir con nosotros?
Le saludo con sorna.
+ Que va.
Guarda el aparato.
+ Estaba esperando a que llegue el alma de la fiesta para poder divertirme también.
Pide lo mismo que yo y me hace reír a la par que siento mis mejillas sonrojarse. Lo ha dicho de forma irónica, pero igualmente siento mis músculos tensarse levemente. ¿Qué estas haciendo conmigo, Martín?
- Ole tú.
Carcajeo.
- Pues ya estoy aquí, habrá que pasarlo bien.
+ Te lo tienes muy creído, guapa.
Me pica.
+ ¿Vamos a bailar?
- Claro hombre. Hay que celebrar la pasta que has conseguido con este show.
+ Gracias a ti.
Dice sincero y empieza a moverse al ritmo de la música. Que bien baila. Y que guapo va con su camisa negra y unos vaqueros que le hacen un culo de modelo. El pelo desordenado y una barba incipiente de pocos días. Uf, lo cachonda que me está poniendo.
- Oye, creo que necesito un cigarro.
Anuncio al acabar la canción.
- ¿Me acompañas?
Le pido.
+ Vamos.
- Espera.
Le freno a gritos para hacerme oír sobre la música, tirando de su brazo.
- Es que me encanta esta canción.
Me explico inocente sin dejar de bailar. El ríe y lo hace conmigo. Mueve sus caderas y yo aprovecho de pegarlas a las mías. Sus movimientos se hacen cada vez más sensuales, y mis ganas de tenerle cerca, mucho más cerca de lo que ya le tengo aumentan de manera peligrosa. Sus manos atrapan mi cintura y su muslo roza mi intimidad por sobre la ropa mientras meneo las caderas para sentirle pegadito a mi cuerpo.
+ La azotea es muy bonita.
Me cuenta cuando la canción llega a su fin, recordando que le he pedido que me acompañe a por un piti.
+ Pero si prefieres salir...
- Enséñamela.
+ Ven.
Le sigo por unas escaleras que no hubiese encontrado por mi cuenta. Llegamos al último piso con nuestras copas aún algo llenas y cuando salimos me enseña las maravillosas vistas de Madrid que hay en este local.
+ Por ti.
Hace sonar los cristales y acaba el contenido de la suya.
+ Y por las ganas que tengo de besarte.