Capitulo 9

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- Hostia, vaya polvazo.

Me quito de encima dejándome caer tumbada a su lado para permitir que nuestras respiraciones alteradas se recuperen.

M: ¿No vas a quejarte, no?

Pregunta risueño.

- Jamás.

Aseguro.

M: Me voy, Lula.

Se incorpora desnudo y sin reparos.

M: Que luego me echas cuando estoy por dormirme.

Me recrimina nuestro último asalto haciéndome reír.

- Me haces sentir mala persona.

M: Lo eres.

Carcajea.

- Li iris.

Me burlo.

- Oye.

Le llamo encendiendo un cigarro.

- Gracias.

M: No tienes de que agradecerme. Tú también follas muy bien.

Quita hierro al asunto.

- Te lo digo en serio, Melen.

Insisto.

- Hoy era uno de esos días en los que solo me apetecía llorar y tú me has hecho reír.

Le miro a los ojos. Se termina de colocar la camiseta para luego sentarse a mi lado atrapando una de mis manos entre las suyas.

M: Malú, han pasado diez años.

Me recuerda lleno de dulzura.

M: Y si después de tanto tiempo te sigue importando recibir noticias de Sebastián puede ser por dos cosas:

Hago un pequeño gesto silencioso haciéndole saber que tiene toda mi atención.

M: O le buscas y cerráis vuestra historia...

Bajo la mirada negándome a aquella opción.

M: O le perdonas y te permites rehacer tu vida.

- No hay vida que rehacer.

Vuelvo a mirarle, llena de dolor.

- Tenía dieciocho años, Melen. Mi vida empecé a hacerla después de Sebastián.

M: No.

Discrepa.

M: Tienes veintiocho y no te has atrevido a vivir desde hace diez.

Expone.

M: El amor a veces duele, Lula.

Promete.

M: Pero es el sentimiento más bonito que puede existir.

- El romance está sobrevalorado.

Aseguro.

- Amor te puede dar mucha gente, amigos, familia, los animales.

Comento reflexiva. Por eso siempre digo que blanco y negro refleja tanto cualquier tipo de amor, no necesita ser el de una pareja.

M: Hay algo que sólo puede darte una persona en el mundo.

Opina mi mejor amigo.

M: Puede que tú pensaras que aquella persona fue Sebastián.

Mete el dedo en una herida que no ha acabado de cicatrizar.

M: Pero aunque te niegues a aceptarlo, aparecerá alguien que consiga romperte todos los esquemas.

- No voy a permitirlo.

Sentencio.

- No pienso permitirlo.

Todos los secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora