Corto la llamada agobiado. Sebastián me ha proporcionado demasiada información, y ahora no sé que hacer con ella.
Las horas se me pasan lentas. Juego con Eva. La llevo al parque y la ayudo con sus deberes, pero aunque intente centrarme en otras cosas, mi cabeza no deja de dar vueltas a una historia inconclusa de hace diez años atrás.
E: Estas distraído.
Mi sobrina me reclama.
+ Estaba pensando en que vamos a preparar para cenar.
E: ¡Chips!
Propone entusiasmada. Cada vez habla más castellano y menos inglés, pero su comida favorita siempre serán las patatas fritas, y a eso no puede cambiarle el nombre.
+ Vale.
Acepto.
+ Pero elige también algo saludable.
Le pido. Esta noche tengo que pensar en una personita más y sé que agradecerá que no la infle con guarradas, aunque nosotros cenaremos solos, y más tarde.
E: ¿Hamburguesas?
+ Saludable, Eva.
Me río al verla rodar los ojos disgustada.
+ ¿Pollo?
Propongo. También prepararé una ensalada.
E: Vale.
Nos ponemos manos a la obra y no demasiado después tenemos todo preparado.
+ Ahora ve a darte un baño, ratona.
Me organizo para que la niña esté lista y Malena solo tenga que dormirla. Malú me ha escrito que lleva retraso, por lo que sólo necesitaré que mi mejor amiga cuide de Eva un ratito para poder ir a por ella.
Narra Malú
Espero a Martín sentada en la acera fumando. Melendi no ha dejado de llamarme y escribirme, y no me ha dado la vida para contestarle, por lo que decido hacerlo ahora.
M: Lumi, por fin.
- Lo siento, Melen.
Me disculpo honesta.
- He tenido mucho lío estos días.
M: Lo sé, por eso te llamaba.
Mi mejor amigo es un cielo.
M: Me tienes preocupado. ¿Cómo estas?
Suspiro dispuesta a contarle todo. Mi reconciliación con Martín, los detalles del enfrentamiento con mi padre y lo agobiada que me tiene esta gira que no para junto a la presión de un nuevo disco.
- Corazón, te tengo que cortar.
Me despido de él al ver el coche de Martín aparecer. Le pido que me espere unos minutos para acabar el piti. La charla con mi mejor amigo me ha dado tiempo a más de uno.
- No tenías que bajarte.
Doy otra calada y expulsó el humo en dirección contraria a la suya. Ha aparcado mal, pero lo ha hecho para venir a hacerme compañía.
- Hace frío, y solo es un minuto.
+ No tenía que hacerlo.
Me da la razón.
+ Pero me apetecía.
Busca mis labios y no tarda en encontrarlos.
- Te echaba de menos.
Confieso abrazándome a él. Nos hemos despedido esta mañana, pero estaba deseando volver a verle.
+ Y yo a ti, canija.
Se burla de mi estatura sonriente y jugando a rozar mi nariz con la suya.
- Es lo que hay.
Me encojo de hombros divertida.
- No tengo de donde sacar más centímetros.
Me pongo de puntillas y vuelvo a robarle un pico.
- ¿Qué tal te ha ido el día?
+ Pues... intenso.
- ¿Ha pasado algo?
+ No. Mucho curro, nada más.
- Dile a tu jefa que te de un respiro.
Me río.
- Parece muy pesada.
+ Lo es, pero me conviene tenerla contenta, porque es súper sexy.
- Tonto.
Golpeo su hombro sonrojada.
- Oye, en serio, ¿de que no me he enterado?
Si trabaja para mi y no estoy al tanto de por qué anda tan liado tenemos un problema.
+ El otro curro.
Me recuerda sus obligaciones con el tío de Miami. Acaricio su mejilla compasiva. Ojalá pudiera ayudarle.