- Lo siento.
Me disculpo entre apenada y avergonzada volviendo al salón. El ha ido a vestirse a su habitación y yo he usado el baño de invitados.
M: No digas bobadas.
Besa mi frente dándome un abrazo protector.
M: Ven, vamos a preparar algo rico para comer.
Tira de mi hasta la cocina.
M: Luego nos echamos una peli y con suerte te ganará el sueño y conseguirás descansar.
Acepto sin pegas y nada que decir. Le estoy tan agradecida que las palabras se quedan cortas. Me conoce demasiado y sabe que si intento acostarme voy a darle vueltas al coco, pero está en lo cierto, necesito dormir.
M: ¿Tostadas con tomate?
- Sí.
No había reparado en el hambre que tengo. No he probado bocado desde anoche que cené con Vero.
M: Solo voy a decirte una cosa.
Me mira de reojo mientras prepara nuestro desayuno.
M: Habla con él. Tendrá explicaciones que darte y...
- Me valen.
Interrumpo.
M: No seas cabezota, Lumi.
Rueda los ojos.
M: No hagas nada que no quieras, ni ser su amiga, ni volver a intentarlo, ni...
- No voy a hacer nada de eso, Melen.
Aseguro.
M: Cerrad lo vuestro con una conversación. Será más fácil volver a verle cuando curren juntos, y mas sano para ti empezar una nueva historia.
- Nueva historia...
Río irónica. Con lo bien que me va saltando de cama en cama sin ataduras, no pienso volver a darle una oportunidad a nadie.
M: Sí.
Me contradice.
M: Llámale romance, amor, lío o como te apetezca, pero volverás a estar con alguien, y no querrás pensar en Martín.
- No voy a dedicarle ni un puto minuto más a ese tío en mi cabeza.
Prometo.
M: Conmigo no cuela, pero tú sabrás.
Mi mirada tropieza con la suya. Intentaba escapar de aquel encuentro en que Melendi me repruebe tan solo con un gesto...
M: Anda, que esto ya está.
Zanja el tema dándome una tregua. Me lanzo a la comida como un animal hambriento.
- Están de ensueño.
M: Ya, pero tranquila que te vas a atragantar.
Se echa a reír.
- Pareces mi madre.
Me quejo dándole otro bocado a la tostada.
M: Yo es que admiro a la Pepi desde que la conozco.
La imita arreglándose el pelo como lo hace ella y consiguiendo que me ría a carcajadas.
- Estas fatal.
...
..
Me desperezo descansada escuchando las gotitas de lluvia estrellarse contra la ventana. No sé cuantas horas han pasado, solo recuerdo haberme tumbado al lado de Melen y apoyarme en su torso mientras elegía una película. No creo haber llegado a ver ni el principio.
- ¿Melen?
Le llamo percatándome de su ausencia. Mis manos alcanzan un folio doblado.
M: "Tenía que salir, pero no he querido despertarte, puedes quedarte todo el tiempo que desees, vuelvo sobre las diez"
Miro la hora.
- Joder.
Son las ocho. He dormido demasiado. Cojo mi móvil y me encuentro con un par de mensajes. Nada importante. Martín ha dejado de insistir y para todos los demás, sigo de vacaciones en Valencia.
- "Eres un cielo y el mejor amigo del mundo. Me voy a casa"
Escribo sobre el mismo folio. Recojo mis cosas y me aseguro de dejar su casa ordenada antes de volver a la mía.
El trayecto lo hago más tranquila que esta mañana. Conduzco con cuidado bajo el diluvio que cae sobre Madrid y al llegar a casa veo una silueta sentada en el borde del garaje.