Capítulo 117

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- Lo siento.

Me disculpo entre apenada y avergonzada volviendo al salón. El ha ido a vestirse a su habitación y yo he usado el baño de invitados.

M: No digas bobadas.

Besa mi frente dándome un abrazo protector.

M: Ven, vamos a preparar algo rico para comer.

Tira de mi hasta la cocina.

M: Luego nos echamos una peli y con suerte te ganará el sueño y conseguirás descansar.

Acepto sin pegas y nada que decir. Le estoy tan agradecida que las palabras se quedan cortas. Me conoce demasiado y sabe que si intento acostarme voy a darle vueltas al coco, pero está en lo cierto, necesito dormir.

M: ¿Tostadas con tomate?

- Sí.

No había reparado en el hambre que tengo. No he probado bocado desde anoche que cené con Vero.

M: Solo voy a decirte una cosa.

Me mira de reojo mientras prepara nuestro desayuno.

M: Habla con él. Tendrá explicaciones que darte y...

- Me valen.

Interrumpo.

M: No seas cabezota, Lumi.

Rueda los ojos.

M: No hagas nada que no quieras, ni ser su amiga, ni volver a intentarlo, ni...

- No voy a hacer nada de eso, Melen.

Aseguro.

M: Cerrad lo vuestro con una conversación. Será más fácil volver a verle cuando curren juntos, y mas sano para ti empezar una nueva historia.

- Nueva historia...

Río irónica. Con lo bien que me va saltando de cama en cama sin ataduras, no pienso volver a darle una oportunidad a nadie.

M: Sí.

Me contradice.

M: Llámale romance, amor, lío o como te apetezca, pero volverás a estar con alguien, y no querrás pensar en Martín.

- No voy a dedicarle ni un puto minuto más a ese tío en mi cabeza.

Prometo.

M: Conmigo no cuela, pero tú sabrás.

Mi mirada tropieza con la suya. Intentaba escapar de aquel encuentro en que Melendi me repruebe tan solo con un gesto...

M: Anda, que esto ya está.

Zanja el tema dándome una tregua. Me lanzo a la comida como un animal hambriento.

- Están de ensueño.

M: Ya, pero tranquila que te vas a atragantar.

Se echa a reír.

- Pareces mi madre.

Me quejo dándole otro bocado a la tostada.

M: Yo es que admiro a la Pepi desde que la conozco.

La imita arreglándose el pelo como lo hace ella y consiguiendo que me ría a carcajadas.

- Estas fatal.

...

..

Me desperezo descansada escuchando las gotitas de lluvia estrellarse contra la ventana. No sé cuantas horas han pasado, solo recuerdo haberme tumbado al lado de Melen y apoyarme en su torso mientras elegía una película. No creo haber llegado a ver ni el principio.

- ¿Melen?

Le llamo percatándome de su ausencia. Mis manos alcanzan un folio doblado.

M: "Tenía que salir, pero no he querido despertarte, puedes quedarte todo el tiempo que desees, vuelvo sobre las diez"

Miro la hora.

- Joder.

Son las ocho. He dormido demasiado. Cojo mi móvil y me encuentro con un par de mensajes. Nada importante. Martín ha dejado de insistir y para todos los demás, sigo de vacaciones en Valencia.

- "Eres un cielo y el mejor amigo del mundo. Me voy a casa"

Escribo sobre el mismo folio. Recojo mis cosas y me aseguro de dejar su casa ordenada antes de volver a la mía.

El trayecto lo hago más tranquila que esta mañana. Conduzco con cuidado bajo el diluvio que cae sobre Madrid y al llegar a casa veo una silueta sentada en el borde del garaje.

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