Capitulo 38

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M: Yo no me enamoro porque te tengo a ti.

Deja caer una bomba que explota en todo mi ser.

M: Estoy tan bien contigo que no busco querer a nadie, Lula.

Se queja haciéndome sentir culpable.

M: Nos la pasamos tan bien juntos que me da pereza salir por ahí y conocer a alguien que no seas tú.

Admite.

M: Pero a diferencia de ti, yo si quiero enamorarme, Malú.

Enciendo otro cigarro.

M: Quiero formar una familia...

Confiesa.

M: Que alguien me haga perder la cabeza, que me quite el sueño y sueñe conmigo, no sé tía, yo pienso que amar si que merece la pena.

- ¿Por qué no me habías dicho esto?

M: Porque quiero todo lo que te he dicho, pero no quiero perder esto que tenemos.

- No tenemos nada, Melen.

M: ¿En serio?

Reclama ofendido.

M: ¿Tu a esto le llamas nada?

- ¡No, joder, no!

Me retracto de inmediato.

- Melen.

Resoplo agobiada buscando las palabras que parecen esfumarse de mi cabeza.

- No te haces una idea la cantidad de veces que he deseado enamorarme de ti.

Prometo.

- Que eres la mejor persona que conozco, tronco.

Le miro a los ojos.

- Pero tú tienes razón... yo no me enamoro, para mi lo nuestro es la amistad más bonita del mundo... y sexo.

M: ¿No te das cuenta que ese es el problema, Malú?

Hago un gesto confundida, invitándole a explicarse.

M: Que yo quiero que la persona que se adueñe de mi corazón sea la mejor amiga de todo el mundo.

Reflexiona.

M: Y esa siempre vas a ser tu.

Sus palabras son tan bonitas y sinceras que se me forma un nudo en la garganta. Me apetece abrazarle y llorar en su hombro, no quiero dejar de ser esa persona nunca, pero no puedo ser tan egoísta.

- Lo hemos jodido todo.

Me quejo.

M: No.

- Sí.

Aseguro.

- ¿Quieres que dejemos de vernos?

M: ¡No!

Asevera apurado.

- Melen, yo no puedo darte lo que tu quieres.

M: Te equivocas, Lula. Tú te haces creer a ti misma que no tienes nada para hacer feliz a otro, pero serías una novia estupenda.

Atrapa mis manos entre las suyas.

M: Y sé que algún día, alguien te hará tragarte todas esas palabras y va a demostrarte que llevas desperdiciando años de tu vida... pero ese no voy a ser yo.

- Igual no soy yo la que se equivoca.

Reflexiono.

- Igual eres tú el que tienes demasiado sobrevalorado el amor.

M: No... Verás como vas a darme la razón.

Suspiro apartando la mirada. No, yo no pienso volver a enamorarme, no importa cuantos años pasen, no voy a volver a caer como una tonta.

- No, Melendi, pero da igual ahora... ¿Qué vamos a hacer?

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