+ Lo siento.
Entro a la sala de reuniones cuando ya están todos aquí. Rosa, Malú, Portu y algunos más del equipo de Sony. Nos hemos demorado, por lo que he dejado a Malú y luego yo he ido a pillar algo para comer. No nos ha dado tiempo de hacerlo antes. Disculpándome tomo asiento a su lado y dejo sobre la mesa dos ensaladas con sus respectivas botellas de agua.
- Gracias.
Susurra sin apartar los ojos del locutor, aunque ataca la comida con prisa. Creo que los dos nos morimos de hambre.
Pasan casi tres horas cuando acabamos. Hemos cerrado más fechas, contratos y recintos.
R: Malú, he traído algo de ropa que me ha pasado Vivi.
Anuncia cuando todos los demás se han ido, solo quedamos ellas, y Portu y yo, que estamos revisando que no falte ninguna firma entre tantos documentos.
R: Están los dos conjuntos que ha arreglado para los conciertos y algunas opciones para esta noche.
Señala las prendas que reposan sobre un colgador. Ella revisa detenidamente que todo haya quedado sin fallas para sus shows y luego baraja las opciones del atuendo que lucirá dentro de un par de horas en el hormiguero.
- No creo que esto me quede.
Evalúa un pantalón con gesto inseguro.
R: Bueno hija, ya te he dicho varias veces que a más delgada de quedes, mas fácil será encontrar ropa.
Sentencia Rosa obligándome a hacer un esfuerzo enorme por fingir que sigo a lo mío, centrado en los papeles y no levantarme a darle las dos hostias que se merece. Ella no se hace una idea lo que le está costando a Malú combatir sus inseguridades, aunque muy de a poquito lo vaya haciendo.
R: Con algunos kilillos menos no tendríamos estos dramas antes de cada entrevista.
Malú suspira sin decir nada. La conozco demasiado y como abra la boca se echará a llorar.
+ Tía, a mi me parece que así estás guapísima.
La miro fingiendo que solo somos buenos amigos usando un lenguaje de colegueo, pero rezando para que encuentre en mis ojos la seguridad que necesita. No puedo decir frente a ellos que yo pienso es la mujer más bonita del mundo y que lo mejor que podría hacer con su vida y su carrera es despedir a su manager que no hace más que llenarle la cabeza de mierda.
R: No si guapa eres, Malú, eso no se discute.
Se corrige.
R: Además creo que si estás un poquito más delgada.
La evalúa minuciosamente.
R: Ten, pruébate esto. Igual aquellos vaqueros si te entran.
Ha perdido dos kilos y así está perfecta, ¿Qué espera esta mujer, volverla anoréxica?
R: Pero antes de cualquier plató pasa lo mismo, ¿por qué no me haces caso y dejas los carbohidratos?
Le riñe como si aceptar su cuerpo fuese un delito. Si Rosa supiera el daño que causan sus palabras. ¡Joder, voy a matarla!
- Me los voy a probar.
Anuncia con un hilo de voz, y llevándose con ella algo de ropa.