Narra Mateo
+ Buenas noches, princesa.
Susurro para no molestar a Eva que duerme esparramada por la cama, abrazando con fuerza a su muñeca. Su largo pelo rubio se mezcla con el de aquella Rapunzel de plástico que no suelta desde que Alex se la regaló la última navidad.
+ Descansa.
La tapo con el edredón y entreabre los ojitos.
E: You are here (Ya estás aquí).
Se asegura con la voz cargada de sueño. Es una niña tan bonita e inocente. No se merece las palizas que le ha dado la vida, a veces tan injusta y puñetera.
+ Si.
Beso su frente.
+ Te he echado de menos.
E: Are you staying with me tomorrow? (¿Mañana vas a quedarte conmigo?)
+ No, Eva. Mañana también tengo que ir a Madrid. Ahora trabajo allí.
Le explico.
E: ¿Solo voy a verte por las noches?
Pregunta a punto de romper a llorar.
+ No, pequeña.
Prometo.
+ Vamos a mudarnos, irás a una nueva escuela y harás muchos amigos.
E: ¿Cuándo?
+ Muy pronto.
Aseguro. A mi tampoco me gusta estar aquí. Elena nos ha abierto las puertas de su casa y le estaré agradecido siempre, pero ya no soy un crío, estoy acostumbrado a vivir solo y necesito volver a hacerlo.
E: ¿Te has divertido en tu trabajo?
Pregunta ingenua.
E: Yo no mucho con la tía Elena.
Me cuenta encogiéndose de hombros.
+ ¿Me guardas un secreto?
E: Si.
+ Yo tampoco me he divertido hoy.
Confieso.
E: ¿No te haces amigos?
+ No.
E: Como yo en esta escuela.
Suspira volviendo a despertar mi compasión. Le hacen burla por mezclar dos idiomas y haber llegado un par de meses después que el resto de sus compañeros. La novia de Elena trabaja en la institución y le ha conseguido una plaza, pero no me gusta ese sitio para Eva.
+ Si, pero hoy he ido a reunirme con la directora del colegio al que irás en Madrid. Te va a encantar, cariño.
E: ¿Y tú también vas a ir a un job (trabajo) que te mole?
Inquiere deseosa de mantenernos a la par.
+ No, solo tú tienes esa suerte, a mi me tocará seguir aguantando a la pesada de mi jefa.
Hago una carantoña haciéndola reír.
+ Venga, ahora a dormir, que luego mañana no hay quien te levante, remolona.
Le hago unas suaves cosquillas.
+ Y ya verás como te regañan por llegar tarde, igual que a mi.
E: Ok (vale).
Accede risueña.
E: Mateo, ¿mañana podemos llamar a papá?