Capitulo 10

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Narra Mateo

+ Buenas noches, princesa.

Susurro para no molestar a Eva que duerme esparramada por la cama, abrazando con fuerza a su muñeca. Su largo pelo rubio se mezcla con el de aquella Rapunzel de plástico que no suelta desde que Alex se la regaló la última navidad.

+ Descansa.

La tapo con el edredón y entreabre los ojitos.

E: You are here (Ya estás aquí).

Se asegura con la voz cargada de sueño. Es una niña tan bonita e inocente. No se merece las palizas que le ha dado la vida, a veces tan injusta y puñetera.

+ Si.

Beso su frente.

+ Te he echado de menos.

E: Are you staying with me tomorrow? (¿Mañana vas a quedarte conmigo?)

+ No, Eva. Mañana también tengo que ir a Madrid. Ahora trabajo allí.

Le explico.

E: ¿Solo voy a verte por las noches?

Pregunta a punto de romper a llorar.

+ No, pequeña.

Prometo.

+ Vamos a mudarnos, irás a una nueva escuela y harás muchos amigos.

E: ¿Cuándo?

+ Muy pronto.

Aseguro. A mi tampoco me gusta estar aquí. Elena nos ha abierto las puertas de su casa y le estaré agradecido siempre, pero ya no soy un crío, estoy acostumbrado a vivir solo y necesito volver a hacerlo.

E: ¿Te has divertido en tu trabajo?

Pregunta ingenua.

E: Yo no mucho con la tía Elena.

Me cuenta encogiéndose  de hombros.

+ ¿Me guardas un secreto?

E: Si.

+ Yo tampoco me he divertido hoy.

Confieso.

E: ¿No te haces amigos?

+ No.

E: Como yo en esta escuela.

Suspira volviendo a despertar mi compasión. Le hacen burla por mezclar dos idiomas y haber llegado un par de meses después que el resto de sus compañeros. La novia de Elena trabaja en la institución y le ha conseguido una plaza, pero no me gusta ese sitio para Eva.

+ Si, pero hoy he ido a reunirme con la directora del colegio al que irás en Madrid. Te va a encantar, cariño.

E: ¿Y tú también vas a ir a un job (trabajo) que te mole?

Inquiere deseosa de mantenernos a la par.

+ No, solo tú tienes esa suerte, a mi me tocará seguir aguantando a la pesada de mi jefa.

Hago una carantoña haciéndola reír.

+ Venga, ahora a dormir, que luego mañana no hay quien te levante, remolona.

Le hago unas suaves cosquillas.

+ Y ya verás como te regañan por llegar tarde, igual que a mi.

E: Ok (vale).

Accede risueña.

E: Mateo, ¿mañana podemos llamar a papá?

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