La conversación con Vero se alargó hasta las tantas. Cuando Carla reclamó su atención y no le quedó más que ir a hacerle un biberón. Yo me acurruqué entre las sábanas, buscando una comodidad imposible de encontrar, porque el desasosiego me lo causa la cabeza, no el cuerpo.
Martín no se merece lo que le hago. En realidad, no me merece a mi. Es un tío estupendo, de esos que quedan poquitos en el mundo y tiene que estar con una mujer que sepa corresponderle, no conmigo que hace años dejé de creer en el amor. Estas semanas he aprendido a quererle. Le he convertido en mi amigo, y a los amigos, se los cuida.
- "Voy a alejarme de él"
Le escribo un mensaje a Vero. No puedo asegurar que mi amiga está en lo cierto, pero como tampoco puedo negarlo, me haré a un lado, sin dejar que Martín confunda nuestra amistad con el amor.
...
..
Un par de días después me encuentro caminando nerviosa en mi camerino. Hoy hacemos el segundo concierto benéfico organizado por Martín y luego tenemos una pausa hasta arrancar nuestra gira por toda España.
Ma: Malú, han venido a darte una sorpresa.
Manu se asoma por la puerta sin dejarme ver quien está detrás de él.
- ¿Quién?
Como si antes de un concierto no me pusiera suficientemente nerviosa, ahora algún payaso quiere que me pete una arteria o algo, y encima Manu se presta para seguirle el rollo.
M: ¿Cómo está la mejor voz femenina de nuestro país?
- ¡Idiota!
Salto hacia mi mejor amigo rodeándole con mis brazos y piernas siendo atajada por él. Lo que deseaba tenerle aquí y lo desilusionada que me había quedado cuando me dijo que sólo podríamos quedar después de reyes.
- Te mereces un guantazo, no que te reciba eufórica.
Río volviendo a apoyar mis pies sobre el suelo.
M: Vale. Si quieres me voy.
- Ven aquí, tonto.
Me abro de brazos para recibirle.
- Te echaba de menos.
Admito. Desde hace algunas semanas nos vemos demasiado seguido.
M: Y yo, Lumi.
- No te creo que has venido y no vas a cantar conmigo.
Le reclamo. No nos ha dado tiempo a ensayar y aunque me encantaría pisar juntos el escenario, no podemos hacerlo a lo tonto.
M: Quedara para la próxima vez.
Se encoge de hombros inocente.
V: Malú.
Vivi toca la puerta que había quedado entornada.
V: Tengo que colocarte el pinganillo.
- Pasa.
M: Te veo desde las gradas.
- Siempre puedes elegir el lateral del escenario.
Propongo con cara de no haber roto un plato jamás.
M: Chantajista.
Se echa a reír.
- Vete a las gradas.
Acepto. En realidad a mi me da igual.
- Pero estos locos de aquí...
Señalo a Vivi como representante de todo el equipo.
- Han montado una súper fiesta después del concierto.
M: Ni tonto me la pierdo.