Narra Mateo
+ Malú, tengo que irme.
Miento esquivando su boca. Esta es seguramente la decisión mas tonta que he tomado en toda mi vida. Me muero por besarla, y si me quedo un solo segundo mas aquí lo haré. La besare, la llenaré de caricias, la desnudaré y le prometeré mi corazón, pero está borracha y no voy a aprovecharme de ella.
- Sí, será lo mejor.
Se levanta en dirección a la puerta. Enfadada y aunque jamas lo admita, también avergonzada.
+ No es lo...
- No me expliques nada. Vete. Ya es tarde.
Me interrumpe sin aceptar escucharme.
+ Hey...
Levanto su mentón con dos de mis dedos intentando que me mire, pero se aparta bruscamente.
- No me toques.
Reclama.
- Nos vemos en el estudio.
Aclara que nuestro encuentro amistoso no volverá a repetirse. ¡Joder!
+ Hasta luego.
Salgo de su casa cabizbajo. Tengo que pedir un taxi. He venido aquí conduciendo su coche para que no lo haga ella, pero necesito caminar. Que el fresco me pegue en la cara. Que el aire gélido de una noche de diciembre en Madrid apacigüe mi desasosiego.
Narra Malú
Cierro la puerta con un golpe tan fuerte que alerto a las perras. Me dejo caer en el sofá y rompo a llorar de rabia y frustración. Me siento una completa imbécil.
- Gorda.
Sollozo acariciando a Danka. Que feo es sentirse rechazada.
- Este gilipollas no va a renunciar y yo tendré que seguir viéndole a la cara.
Me desahogo como tantas veces con mis mascotas.
- ¿Cómo se supone que voy a hacer eso?
Lleno nuevamente mi copa y entro en redes para hablar con mi gente. Necesito distraerme y lo único que me apetece hacer ahora mismo no puedo. Ellos no tardan en reaccionar, pero no me demoro demasiado en abandonar la tecnología.
- "Llevo días tratando de darte espacio"
Tecleo el mensaje.
- "Pero te necesito"
Caigo en la tentación.
- "¿Vienes a casa?"
Pocos minutos después le veo conectado.
M: "Vale. Nos vemos ahora"