Capítulo 86

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Narra Mateo

Se separa apurada de Melendi, mirándome sorprendida, aunque parece ser más por haberla pillado besándose con alguien y no culpable porque ese alguien no soy yo. Sus labios están rojos he hinchados, lo que confirma que llevan un rato comiéndose la boca.

- Martín...

Susurra mi nombre. Melendi también me mira, pero a él no le conozco lo suficiente como para entender el mensaje oculto que expresan sus ojos.

+ No me esperaba esto de ti.

Alcanzo a decir antes de salir corriendo de allí. No puedo creer que me ha traicionado.

- Martín, espera.

Me persigue.

+ ¿Para qué?

Inquiero.

+ ¿Para que me mientas en la cara diciéndome que no es lo que yo creo?

La acuso de una mentira que aún no sale de su boca.

+ Lo vi con mis propios ojos, Malú.

Garantizo.

+ Si hasta seguirás sintiendo su sabor...

Imagino asqueado.

- Sí. ¿Y qué problema hay?

Arremeta con furia. Lo que me faltaba. Que la que se enfade ahora sea ella.

- Sigo sintiendo su sabor, y no sabes lo rico que está.

Sentencia.

- Melendi besa de puta madre y folla que te cagas.

No me creo lo que estoy oyendo. ¿Es que a esta loca se la ha ido la cabeza?

- Y no tienes ningún derecho a montarme un numerito.

+ ¿No?

Inevitablemente subo el tono de mi voz.

+ Hace dos noches estabas haciendo el amor conmigo, ¡joder!

Le recrimino dolido.

- Te estas confundiendo, Martín.

Advierte.

- Yo no hago el amor. Yo follo.

Explica despectiva.

- Lo he hecho contigo que eres mi amigo, tal como lo haría con Melendi o con un tío desconocido que me quiera tirar por una noche sin más. Es mi cuerpo, y soy libre de hacer lo que me apetezca con él, pero eso no le da derecho a nadie de exigirme algo más que no sea el sexo de mutuo acuerdo.

Remarca la penúltima palabra haciendo que sus argumentos me quiebren por completo. ¿como puede ser así de frívola?

+ Te creía diferente.

Anuncio defraudado.

- Esto es lo que soy.

Se encoge de hombros indefensa, como si de alguna manera me estuviera pidiendo que le enseñe a enamorarse.

- Y no te creas que cuando me enamore voy a cambiar.

Advierte.

- Porque yo no me enamoro, Martín.

Aclara.

- Y ahora que sabes como soy, podemos seguir siendo amigos.

Propone.

- Pero también eres libre de elegir ser solo compañeros de trabajo.

Acaba indiferente esperando una respuesta que no voy a darle. Siento como el mundo gira a toda prisa y yo solo quiero bajarme. Este juego ya no me gusta y necesito parar. La miro una vez más con los ojos algo empañados. Tirita de frío con los brazos en jarra y mi única reacción es darme la vuelta y andar hasta el coche. A Malú que la cobije Melendi.

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