174: Los planes de Pang Xiao

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Zheng Pei era el antiguo confidente de Pang Zhongzheng. Cuando el general sintió que la muerte se avecinaba, estimuló al estratega a hacer algunos planes. Después de que el estratega escapó afortunadamente de la muerte, la venganza era lo único en su mente.

Primero usó con éxito la medicina para esterilizar a Qin Huaiyuan después de algunos giros complicados en el camino. Zheng Pei luego se robó a la única hija de Qin Huaiyuan, para que el marqués se sintiera atormentado por el dolor cuando descubriera la verdad algún día.

En cuanto a encontrar a Pang Xiao, eso fue gracias al más mínimo detalle en su memoria; se encontró con la señora Pang echando a Yao-shi por la puerta ese día. Cuando la familia de Pang Zhongzheng fue exterminada, él fue en busca de Yao-shi, solo quería probar suerte. ¿Quién hubiera pensado que Yao-shi realmente estaría embarazada después de solo una noche?

Cuando Li Qitian levantó las banderas de la rebelión, fue Zheng Pei quien llevó al ahora emperador a los Yao y se llevó a Pang Xiao de catorce años para el ejército.

Zheng Pei era conscientemente digno de las palabras "lealtad, piedad filial, benevolencia y justicia". Fue un subordinado durante mucho tiempo del difunto general, mientras que Pang Xiao no era un hijo oficial o incluso uno nacido de concubina. Zheng Pei también había sido testigo de los primeros días en que Pang Xiao era demasiado tímido para quitar una vida; así que no importaba cuán asombroso era el príncipe ahora o cómo su nombre infundía miedo en los corazones de los demás, el viejo estratega todavía veía al príncipe con cierta condescendencia. Siempre sermoneaba a Pang Xiao cada vez que el estratega sentía que el príncipe había hecho algo mal.

A cambio, Pang Xiao siempre había tratado al estratega con el mayor respeto y cortesía. Pero hoy, permaneció tranquilamente sentado en el asiento principal, con una ligera frialdad que emanaba de las puntas afiladas de sus cejas. El corazón de Zheng Pei se estremeció cuando una mirada gélida, afilada por las arenas de los campos de batalla, lo miró.

—¿Príncipe? —la voz de Zheng Pei era un poco seca.

Pang Xiao resopló en una suave risa.

—Señor Zheng, creo que hay una cosa que aún no has entendido.

—Por favor, ilumineme. —Zheng Pei levantó las manos ahuecadas.

El príncipe se levantó y dio pasos lentos hacia el estratega, manteniendo las manos detrás de la espalda. Encendió el aura de una montaña imponente, tan dominante que Zheng Pei involuntariamente dio dos pasos hacia atrás y bajó la cabeza.

—No lo olvides, señor Zheng. Este príncipe es el amo aquí. Tú eres el sirviente.

La declaración abrió los ojos de Zheng Pei con incredulidad. Levantó la cabeza para mirar a Pang Xiao con total incredulidad, su rostro estaba rojo como una remolacha y sus bigotes temblaban de indignación.

—¿Qué quiere decir con esto, alteza?

—Es obvio que el señor Zheng ha olvidado su puesto. ¿O crees que este príncipe sigue siendo el mismo niño llorón al que manipular como la gente quiera?

¡¿Ser manipulado?! ¡¿Eso es lo que piensa?! Zheng Pei estaba absolutamente lívido.

—¡¿Qué quiere decir con esas palabras, príncipe?! ¡No puedo asumir la responsabilidad de la palabra "manipular"! No olvide que si no fuera porque este anciano lo mencionó al emperador, estaría...

—Si no fuera porque el señor Zheng se lo mencionó al emperador, todavía me llamaría Yao Xiaoyao [1] y seguiría viviendo con mi madre, mi abuelo y mi abuela en un pueblo pequeño. Todavía tendríamos nuestro pequeño restaurante familiar. Cocinariamos algunos platos cuando nos apeteciera e iriamos a beber con algunos amigos cuando estuviéramos deprimidos. Incluso si no fuéramos una gran familia de funcionarios o no gozáramos de grandes riquezas y fortuna, seguiríamos viviendo felices nuestras vidas sin pasar hambre ni necesitar ropa. No sería arrojado a un campo de batalla sangriento lleno de escenas grotescas y violencia a una edad temprana, y no tendría que sufrir persecución y presión, ¡tratando de ganarme la vida en la guerra! ¡Y nunca me sermonearías como si fuera la suela del zapato de alguien!

El regreso de la golondrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora