El regreso de la golondrina

10: Oídos en las ventanas

Qin Yining miró hacía bajo, habiendo adivinado algunos de los pensamientos de la vieja señora por el tono ligeramente suavizado y su nuevo nombre. Ella hizo una cortés reverencia, siguiendo los deseos de la vieja señora.

—La abuela dice la verdad. Me esforzaré por controlar mis emociones y no seré así en el futuro. —Si ella no supiera que esta ocurrencia desembocaría en una acusación ciega y se hubiera precipitado, entonces realmente sería una "bárbara". Una combinación de tácticas duras y suaves fue la forma más adecuada de abordar esto.

La vieja señora asintió con satisfacción cuando vio esta respuesta, su expresión se aflojó enormemente. Como anciana, a ella le gustaba menos ser refutada por los jóvenes. Aunque Qin Yining era un poco violenta, ella era una buena chica de corazón. Ella se parecía mucho a su hijo mayor y garantizaba que los pensamientos de la joven no irían por un camino oscuro. En cuanto a Qin Huining...

La vieja señora tenía una vasta experiencia leyendo a personas, y sintió que le dolía la cabeza. Cuando comenzó a pensar en los rumores que se extenderían al día siguiente, comenzó a preocuparse aún más.

—Ambas deberían aprender de hoy. Como jóvenes señoritas de la Mansión del Primer Ministro, deben vivir juntas en armonía. ¿Cómo podrían ustedes dos pelear así? ¿Qué dirá la gente de ustedes cuando se corra la voz de esto? Ustedes dos parecen bastante filiales por lo general, entonces, ¿qué hay de esta exhibición de hoy?

Aunque la vieja señora decía "las dos", Qin Huining era muy consciente del significado que se ocultaba debajo de esas palabras. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que Qin Yining había llegado? Sin embargo, la primera fue la que pasó más tiempo al lado de su abuela. ¡La vieja señora me está dando una advertencia! El corazón de Qin Huining se llenó de pánico. Sus mayores protectores en la mansión fueron la vieja señora y Sun-shi. Su vida en el regazo de lujo dependía de tener esos lazos emocionales a los que recurrir. Si ella perdiera su favor y confianza, ¿qué más tendría?

—Por favor, no te enfades, abuela, conozco mis errores. —No se atrevió a discutir otra palabra porque temía que a la vieja señora no le gustara aún más. Solo podía tragar toda la sangre, sudor y lágrimas de hoy.

La vieja señora se sintió alentada por esta muestra de arrepentimiento. Ella es alguien que crié después de todo, su personalidad no será mala. Aunque ella trama demasiado, es comprensible. La anciana adoptó un tono solemne:

—Nieta Yi y Hui, la falta de armonía entre hermanas es un insulto a la piedad filial. Ambas son castigadas con la tarea de copiar "El clásico de la piedad filial" diez veces, que se entregará durante el saludo de la mañana en tres días. ¿Tienen alguna objeción?

—Muchas gracias por el cuidado de la abuela —Qin Huining se apresuró a responder primero.

La vieja señora se sintió muy complacida de escuchar esta respuesta. La nieta Hui conoce bien mis pensamientos, se da cuenta de que la estoy favoreciendo. Qin Huining había crecido en la mansión del primer ministro, recibiendo educación de una hija noble. Escribir no fue una tarea difícil para ella. Pero Qin Yining había crecido en el campo y normalmente no tocaba pincel y papel. Había dieciocho secciones de todo el "Clásico de la Piedad Filial", por lo que copiarlo diez veces cansaría muchísimo a esta última.

En el fondo de las cosas, la vieja señora todavía adoraba a Qin Huining y estaba insatisfecha de que Qin Yining hubiera sido violenta. Al mismo tiempo, ella era la matriarca de la casa. No podía mostrar abiertamente favoritismo cuando Qin Huining claramente había hecho mal. Toda la casa caería en el caos entonces.

Lamentablemente, la vieja señora pensó mal esta vez. Qin Huining no estaba agradecida por esta muestra de favor en absoluto. Estaba ocupada descartando todo. ¡¿Qué abuela?! ¡¿Qué amor?! ¡Todo es falso! Ella se vuelve parcial en el momento en que su nieta real regresa, ¡y me castiga cuando soy la golpeada!