El regreso de la golondrina

6: Haciendo arreglos

Qin Yining no tenía idea de que alguien había estado presente, y mucho menos pasó tiempo observándola. Sin embargo, esperó hasta bien entrada la tarde; se estaba congelando hasta los huesos antes de que Jin-mama llegara con las criadas.

—Terminó siendo un poco más de tiempo ya que la señora me hizo algunos recados en este momento, lo que retrasó las cosas —Jin-mama solo dio la más simple explicación y no le dio tiempo a Qin Yining para hablar antes de presentar a las cuatro criadas detrás de ella—. Estas son Yuxiang y Ruilan, criadas de segundo rango por parte de la señora mayor. Son extremadamente gentiles y amables, y han sido especialmente enviadas para servirle. Estas dos son Liuya y Qiulu, criadas de tercer rango.

Qin Yining examinó a las cuatro. Tenían alrededor de diecisiete años. Yuxiang era alta y delgada con una mirada llamativa, pero sus ojos se movían muy agresivamente. Ruilan era más voluptuosa y tenía una sonrisa abierta y honesta. Los labios de Liuya eran delgados, aparentemente indicando a alguien que era bastante elocuente. Qiulu tenía la cabeza hacia abajo y carecía de presencia. Probablemente era una persona acostumbrada a estar callada.

Las cuatro caminaron para hacer una reverencia a Qin Yining. Ella asintió ligeramente hacia ellas y les indicó que se pararan a un lado.

—También tenemos una mama a cargo del hogar general y algunas sirvientas encargadas de barrer y limpiar —Jin-mama continuó sus palabras acompañadas por la entrada de una anciana y tres niñas de 10 años vestidas de rojo y verde—: Esta es Zhu-mama, ella estará a cargo de todo tipo de cosas en el patio de los Perales de Nieve en el futuro. Estas son algunas chicas que servirán para tus necesidades.

—Esta sirviente saluda a la cuarta señorita —Zhu-mama era una mujer gordita con una expresión honesta. Briznas de cabellos blanco ya habían comenzado a decorar sus patillas, poniendo su edad en torno a los cincuenta.

—Por favor, levántate, Zhu-mama —Qin Yining respondió serenamente.

—Ya he traído a su gente aquí, así que la señorita puede ordenarles como quiera. La señorita puede venir a buscar a esta sirvienta si tiene alguna orden —comentó Jin-mama.

—Muchas gracias a Jin-mama. —La vieja sirvienta se fue después de hacer una reverencia, lo que hizo que Qin Yining arrugara un poco la frente. Acababa de llegar y no tenía dinero para dar como generosidad. Si Jin-mama se hubiera sentido más amable con la niña, podría haber dado fácilmente algunas órdenes a estas nuevas sirvientas. Con el estado de vieja sirvienta en la mansión, sus palabras serían mucho más efectivas que las de Qin Yining.

Pero Jin-mama solo había prestado atención a sus deberes y no había estado dispuesta a decir una palabra más a estas personas. Ella era una de las personas de la señora mayor, por lo que su voluntad era la voluntad de la señora mayor. Parecía que a su madre biológica realmente no le gustaba.

Qin Yining respiró hondo y miró a las ocho personas paradas frente a ella. Su vida desde su juventud había sido una lucha por un día más, ¿dónde habría aprendido a ordenar a la gente? Ella realmente no sabía qué hacer en este momento. Cuando vieron a su nueva señorita mirándolas en silencio, las sirvientas se miraron, sin saber qué hacer.

Después de un rato, Qin Yining miró la residencia principal cerrada y las casas de las alas y habló lentamente:

—Estoy segura de que todas están al tanto de mi situación. De hecho, es difícil para todas ustedes ser enviadas aquí. Aunque no tuve tanta suerte antes de hoy de crecer junto a mis padres, después de todo, soy la hija de mi padre. Simplemente hagan bien su trabajo y lograremos pasar juntas por el futuro.

Estas palabras tenían muchos significados, y eran las palabras más adecuadas que Qin Yining podía pensar. Ella solo quería vivir el resto de sus días en paz.