C3 - El reencuentro

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- Os lo dije.-comentó Louis cuando las chicas salían del aeropuerto con sus maletas. Hacía calor, y ambas echaron de menos por un momento el fresquito de Londres, pero se les pasó rápido cuando se metieron en los mini buses que supuestamente les llevaban al circuito.

Aún no se lo creían. Estaban yendo al circuito de Melbourne con miembros de la escudería Ferrari, no su favorita ni de lejos, pero desde ese día una de las más especiales. Llegaron al circuito en poco más de media hora, aunque a ellas, que decían oír el ruido de los motores insonoros de 2014, se les había hecho eternos. Sandra aprovechó el viaje para comprobar noticias relacionadas con los test de Bahrein, y se asustó al ver la situación de los Red Bull. Se preguntó si Yaiza estaba al tanto, pero no la quiso molestar con eso.

No se dieron cuenta de que habían llegado cuando el copiloto abría su ventanilla para enseñar un pase y explicar con cuánta gente viajaba. Le indicaron que tenía que aparcar a la derecha nada más entrar, y una vez lo hicieron, empezaron a salir. Las cuatro personas que iban por motivos diferentes a los de un coche, es decir, las cuatro chicas, fueron a por sus maletas, pero Louis las indicó que las dejasen donde estaban, que irían al hotel del equipo, en donde se alojarían esa semana hasta que todo se decidiese. Sandra miró con ojos gigantes a Yaiza, gritándole con ellos que iban a estar nada más y nada menos que una semana mínimo. A Yaiza le asustó más que gustarle, ya que pensó que tendría que sufrir varias entrevistas para el puesto, y viendo a las Barbies, que seguía protestando porque necesitaban sus maletas de inmediato, más le valía que no fuese con hombres.

Louis les entregó sus pases, que no tenían foto pero sí un nombre y un código de barras, además de otros datos extraños. Yaiza preguntó a Sandra que cómo tenían los suyos, y explicó que se los dio a Louis en el vuelo, mientras ella iba al baño por octava vez.

Fueron hacia los tornos que daban paso al circuito, y mientras esperaban en la cola de los de Ferrari, a Yaiza empezó a temblarle la mano. Se acordó de cuando intentó abrir la puerta del hotel delante de Sebastian y casi no pudo, y sintió que ahora le iba a pasar igual. Sandra estuvo atenta y se la cogió y pasó por el sensor, mientras empujaba a Yaiza para que lo traspasase. Una vez ambas estuvieron dentro, miraron a los tornos y se rieron, recordando a Fernando Alonso saltándolos, como ya hizo en alguna ocasión. Hasta estaban emocionadas por conocerle, y eso que les daba bastante igual.

Poco a poco los mecánicos se fueron dispersando, y sólo quedaban tres hombres además de Louis y las chicas. Por donde iban caminando, que eran zonas desérticas llenas de gente con polos de equipos, prensa y gente V.I.P., se dieron cuenta de que iban hacia el hospitality de Ferrari, el cual era de los primeros, con un rojo brillante que chifló a las chicas.

Llegaron y Louis las indicó que esperasen ahí, que iba a buscar a Matilda. Tardó cinco minutos en regresar y disculparse, porque Matilda estaba en una reunión de jefes de prensa con la FIA, por lo que tardaría un rato. Las despidió y las recomendó que anduviesen por la zona, pero que no tardasen en regresar por si acaso. Justo cuando se fueron a girar, Sandra y Yaiza vieron como las Barbies se ajustaban los vestiditos preparadas para ir de caza, y ambas pusieron una mueca de asco. Hasta que oyeron una voz que llamó su atención desde la puerta del hospitality.

- Que sea una broma.-Kimi protestaba ante la presencia de las dos chicas. Yaiza, que hasta le había echado de menos, sonrió e intentó ser simpática.

- ¡Kimiii!-se acercó a él a darle dos besos.

- Distancia, por favor.-ella volvió a reír, pero Sandra puso una cara de asco que no pasó desapercibida, ya que Kimi la devolvió una de hielo.

- Nos ha costado, pero estamos aquí.

- Dime que no te han elegido.

- ¿Elegirme?

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