C154 - Lo inesperado

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- Vámonos, venga.-entre todas las sorpresas, otra más seguía dejándola estática. No se dejó arrastrar pese a que él tiraba de su mano, mirándola extrañado por ello.

- ¿A dónde? ¿Qué pasa?-Kimi miraba hacia la puerta por la que habían salido comprobando en su fachada que, en efecto, no había nada que le atase a estar allí. Se encogió de hombros.

- No sé ¿Para qué quedarnos?

- H-hombre, estábamos de fiesta. Yo celebraba que a Lewis y Dani les ha ido bien.-él alzó una ceja y dejó los ojos entreabiertos. Juzgándola y negando levemente a la vez. Sandra se aguantó la risa.- ¿Puedo pasar a despedirme al menos?-el chico suspiró exhausto y soltó su muñeca para dejarla marchar mientras que finalmente aprovechaba darle la espaldas para reír. Entró al local con el mismo gesto, en busca de su grupo de amigos al cual no sabía cómo plantarle cara sin media sonrisa y una vergüenza plena.- Ey.-dio un golpe en el hombro de Dani, que fingía bailar ante la mirada de un desesperado Nico.

- ¡Volviste! ¿Mucha bronca?-ella cogió aire.

- N-no exactamente, me voy ¿Vale?-ambos se alteraron, al igual que un Lewis que aparecía desde el lado.

- ¿Cómo que te vas? No puedes irte, se está yendo todo el mundo y apenas llevamos aquí—

- Lewis, es que he de irme...

- ¿Tan mal ha ido con el idiota ese? ¿Quieres que le digamos algo?

- Tranquilo, rubito, que sé cuidarla.-Kimi aparecía dando una palmada en el hombro al alemán, que alzaba una ceja sorprendido.- Pero de todas formas si quieres decirme algo, adelante, que me interesa.-ironizó.

- ¿No me ibas a esperar fuera?-Sandra intervino.

- ¿Cuándo he dicho eso?

- No lo has dicho, lo daba por hecho.

- Pues no, venga.-señaló a la salida, y ella volvió a reír. Los tres fruncían el ceño. Dani la retuvo pese a todo.

- ¿Está bien? ¿Ha bebido o algo?-ella rió.

- Nos vemos.-le plantó un beso en la mejilla al australiano y salió de allí, dejándoles tan asustados por su marcha como por el gesto cariñoso con Dani.- Es la última vez que me sacas de una fiesta.

- Oye no te estoy obligando a nada...

- Ya, seguro...-Kimi frenó nada más traspasar la puerta que hacía minutos cruzaba de nuevo. Ella se giró riendo.

- Mal empezamos ¿Eh?-Sandra volvió a reír y no dejó de andar. A los pocos segundos él estaba a su altura, guardando un silencio acorde al nerviosismo posterior por lo ocurrido. Sandra iba cruzaba de brazos, intentando ignorar el frío y el hecho de que nadie abriese la boca. Algo que duró hasta que se armó de valor pensando en que, después de todo, ya no tenía nada de lo que asustarse.

- ¿Qué venazo te ha dado?-no entendió a lo que se refería, mirándola dudoso.- No sabía ni que estabas en el local...

- Seb me ha obligado a venir, lógicamente.-ella asintió.- Pero se ha ido a lloriquear por Yai a una esquina, se la ha encontrado tonteando con Charles y se ha ido lloriqueando al hotel. De eso hace ya un buen rato, creo.

- Sigues sin responderme.-él puso los ojos en blanco.

- ¿Qué quieres que te diga? Me dio por ahí, eso es todo.-ella rió sin dejar de mirarle, haciéndole saber lo poco que le creía. Él negó.- No sé qué esperas que te diga. El otro día me montaste una buena bronca, la enésima, y la última por cierto –la amenazó haciéndola reír- y yo que sé, será que me has contagiado eso de hartarme del drama.

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