El único motivo que encontró para dejar de besarla fue el poder observara otra vez. Apenas se alejó de su rostro, lo justo para que sus labios dejasen de tocarse de esa forma. La miraba con tanta paz que no veía posible encontrar la misma en sus ojos, y sin embargo así pasaba.
Yaiza se sintió ligeramente molesta al ver que Sebastian se retiraba de su boca. Lo hizo apenas unos segundos, los que necesitó para caer de nuevo hipnotizada por su mirada, que seguía brillando con luz propia en ese antro del cual no podían estar más ausentes. Ese grado de concentración que tenía sobre su mirada le hacía dejarse llevar por cualquier cosa que él pudiese hacer. Seguía acariciando su rostro, con sus pulgares por encima de la mandíbula como tanto le gustaba hacer, llegando hasta sus labios de forma fugaz cada vez que recorría el mismo camino por su piel. Yaiza cerraba los ojos al tacto, sintiendo a través del calor de sus manos esa paz que también sus ojos le transmitían.
No tardó en volver a besarla, con mucha calma y sin ningún tipo de prisa por acabar esa vez. Quería sentirla, saborear ese gesto que nunca había sido tan intenso en sensaciones como estaba viviendo en ese instante. Dejó caer sus manos un poco más por su cuello, depositándolas ahí y dejando completamente visible todo su rostro. Yaiza necesitaba también sentir aquello. Suplicaba a sus manos que fuesen a su piel para acariciarla, a su pelo para jugar con ello, pero estas no se soltaban de la camisa del chico, aferrados sus dedos a la tela exigiéndole que nunca más volviese a separarse. En ningún sentido.
- Vámonos...-se lo suplicó con un susurro que entre la multitud pasaba desapercibido. Le entendió por el ansia de su cuerpo. Por haber observado sus labios una vez estos volvían a abandonarla. Ella le suplicaba volver. Sebastian se sonrió.- Vámonos.-propuso de nuevo, captando sus ojos y convenciéndola con los suyos. Asintió, suavemente, antes de buscar su boca una última vez antes de que cogiese su mano y la sacase de allí.
Era inútil quedarse en un sitio en el que no querían estar.
Yaiza no sintió siquiera frío al salir a la calle. Sus dedos seguían entrelazados con los de Sebastian, que la llevaba con cierta velocidad hacia los aparcamientos. No dejaba de mirarle, aún incrédula a que eso estuviese pasando de nuevo, costándole a causa de su petrificación constante el escucharle al fin del camino.
Estaban parados junto a una de las motos. Sebastian cogía los cascos, anclados sobre ellas y sobreviviendo gracias a la seguridad del local, y le ofrecía uno a Yaiza para que se lo pusiese mientras él hacía lo propio. A Yaiza le llevó más tiempo, el que sintió necesario para no perderle de vista. Odiaba demasiado ese método de transporte, algo que había comprobado esa misma noche, pero ahora se subía junto a Sebastian sin importarle lo más mínimo lo que pudiese pasar.
Confiaba tanto en él que se abrazó a su cintura nada más se hubo acomodado, apoyando el casco de manera lateral sobre su espalda. Ignorando detalles que carecían de importancia a esas alturas como que su vestido fuese demasiado corto o que pudiese morir congelada durante el trayecto.
Nada le importaba más que alejarse de allí con él, y Sebastian no tardó en cumplir su deseo. Puso la moto en marcha y salió disparado por la carretera. No tenía el recuerdo en su mente de cómo regresar al hotel, importándole lo mismo que a Yaiza su prenda de ropa. Siguió el instinto y se dejó llevar por su experiencia, permitiendo que las ganas por llegar condujesen por él.
Él sí recordaba lo mucho que Yaiza odiaba las motos. Se alegraba al ver que no le había importado aceptar esa forma de transporte, ni que se mantuviese asustada una vez se pusieron rumbo al hotel. A cada pausa en un semáforo, se paraba a sentir sus manos en su abdomen. Entrelazadas y completamente calmadas. Sin ningún ápice de nerviosismo o temor, sólo con la calma de estar donde quería estar.
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MAPS
FanfictionTemporada 2014. Necesitaba darle un giro a su vida, y para ello se enfundó en su mejor vestido e ideó el mejor plan posible... un plan que se le iría de las manos y que acabaría llevándola a ella y a su amiga al lugar más deseado de la manera más in...