C29 - Tensiones

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Había pasado demasiadas horas sentada junto a la puerta. No se movió ni cuando Lewis se tumbó en la cama a pensar sin evitar quedarse dormido durante el mismo periodo de tiempo. Le miraba de vez en cuando, con los ojos rojos por tanto llanto, y le gritaba perdón en silencio.

De vez en cuando apoyaba su cabeza sobre las rodillas, y en una de esas ocasiones, sus ojos no se abrieron y la dejaron descansar un rato. Se despertó con dolor de espalda y de cuello a la hora y media debido a que Lewis andaba por el cuarto recogiendo cosas. Sintió que le faltaba el aire en el pecho y que por motivos ajenos a ella no podía llenarlos de oxígeno. Quería pedirle ayuda a Lewis para poder respirar, pero a la vez que sus pulmones volvían a la normalidad la idea se le borraba de la mente. Quería hacerle saber que estaba despierta, pero no quería pronunciar ni su nombre ni ninguna otra palabra que la delatase. Se intentó poner en pie, con dificultades, y una vez consiguió plantarse con ambos pies sobre el terreno se quedó quieta esperando a que Lewis se girase y la mirase.

No tardó en ocurrir, y después de soltar algo sobre la cama, Lewis se giró para seguir con su trabajo y la vio allí de pie, en el pequeño rellano que creaban las puertas del baño y de la habitación. Se mordió el labio superior y luego bajó la mirada hacia el suelo después de haber permanecido mirándola más de diez segundos. Ella le seguía suplicando en silencio que la mirase, y verle girar de nuevo la volvió a dejar sin respiración, y decidió usar el poco oxígeno que sentía para intentar recuperarle.

- L-lewis...-el chico doblaba una camiseta que Yaiza había dejado tirada por la cama haciendo la maleta, y la dejó sobre el colchón sin moverse mientras pensaba en si girarse al oír su nombre. Decidió no hacerlo y ella anduvo como pudo hasta su lado. Se posó detrás, y le impidió el paso como pudo cuando este se giró para seguir recogiendo.- Lewis.-volvió a nombrarle, y ahora finalmente se decidió a mirarla, aunque ella no tenía más palabras que decirle.- Lo siento...-no lloraba, pero su voz mostraba tanto llanto como lo hacían sus ojos en otras ocasiones. No fue capaz de pronunciar esas palabras con el mismo tono, y aun así Lewis las entendió a la perfección. La seguía mirando, y pese a que seguía con la imagen de Sebastian figada en la retina, el tener a Yaiza tan débil frente a él camuflaba el resto de sentimientos. Cada segundo que pasaba en silencio ella se dejaba llevar por la presión de su cuerpo, que la exigía llorar de nuevo. Intentó hablar otra vez pero no podía hacerlo más, y él la mandó callar con un ruido que pedía silencio. Ella se estremeció. Lewis era ahora el que cogía aire mientras llevaba sus manos a la cara de la chica, acariciando sus mandíbulas. El tacto de la piel cálida de Lewis sobre su frío rostro le provocó tanta calma que sintió que se iba a derrumbar a su lado. Las lágrimas volvían a brotar por sus mejillas y él las cortaba el paso con los pulgares.

- Tranquila.-la invitó a relajarse pero ella hacía lo contrario. Cerró los ojos y bajó la cabeza hacia el suelo, rompiendo la mirada con el chico, que no podía soportar más. Él no la iba a dejar ni caer ni marcharse, así que bajó sus manos a su cintura y la llevó hacia él, y la abrazó durante un rato hasta que se dejó caer sobre la cama, con ella a su lado, que se sentaba a su izquierda apoyando la cabeza sobre su pecho. La acogió ahí hasta que ella se sintió con ganas suficientes para intentar hablar.

- Lo siento.-seguía escondida en su regazo, y lloraba como si la camiseta de Lewis fuese un pañuelo superabsorbente.

- No hablemos de ello ahora.-alargar el momento no era positivo, y lo sabía, pero iba a serlo menos tener la charla en ese instante.

- Lo siento.-repetía.

- Haz la maleta, no pienses en ello.-Se levantó tirando de su mano, pero la chica seguía sentada. No entendía que Lewis la animase a hacer el equipaje. No entendía que él siguiese invitándola a ir con él tras lo ocurrido.

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