C39 - Viajes de última hora

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Se levantó apresurada y, después de pegarse una ducha, se quedó mirando el vestido que tenía que ponerse. Estaba cansada después de la cena con Kimi, que si bien apenas duró unas horas, la sentó bastante mal debido al pobre menú que ofrecía el restaurante al que fueron. Estaba parada frente al armario, y tenía un diálogo interno con su conciencia sobre si había hecho bien en comprarse esa prenda, pues por más que la miraba, la veía inapropiada. Aunque para inapropiada la ropa interior que llevaba, de color negro, elegida especialmente por Lewis para todo lo contrario a lo que ella iba a usarla. Aun así no tenía más remedio, y se enfundó en él y se miró al espejo. El hecho de que no tuviese escote le parecía un punto a favor. Era exactamente igual al que usó en la fiesta de Maggie, solo que el color negro lo hacía más elegante. Se hizo una coleta alta, muy alta, y se puso el collar rojo que se compró. Era de piedras largas, como rectángulos que se iban alargando hacia el centro, y decidió acompañarlos con dos pendientes diminutos negros. Se maquilló con un color de labios de un rojo similar al de su collar, que la recordaba al rojo Ferrari. En los ojos apenas se hizo la raya negra en la línea de agua, y usó un colorete amarronado que casi ni se notaba. Se miró al espejo y confirmó que no iba acorde, pero le gustaba tanto lo que había conseguido que decidió subirse a sus tacones y salir del cuarto con un blazer en la mano.

Abajo en el hall esperaba Eric, el cámara francés que la acompañaría. Era bastante guapo, y el traje le quedaba muy bien pese a su notable altura. Además, y pese a que apenas habían hablado, el chico resultó ser bastante simpático y no dudó en confirmarle a Yaiza que iba muy guapa.

Fueron al coche que tenían esperando en la puerta, y ambos se sintieron estrellas al entrar en él sin siquiera tener que abrir la puerta. Llegaron al circuito de Ímola a la media hora, y una vez allí ambos fueron al centro de prensa para coger sus pases y acatar las órdenes de día. Yaiza tendría que hacer el informe de prensa oficial, algo que la animó bastante, y Eric se encargaría de hacer las fotografías. Salieron del centro y ambos se separaron tras acordar qué línea seguirían. Yaiza se quedó por la zona de la entrada, mirando el teléfono para comprobar si tenía mensajes de última hora, pero ni pudo comprobarlo al oír la voz de Kimi.

- ¿De verdad que te vises así para funerales?-el chico provocó una risa en la chica, que guardaba su móvil en el bolso y se giraba a él. Se quedó petrificada.

- ¿Me lo estás diciendo tú?-él se miró a sí mismo.

- ¿Qué pasa?

- Dios, Kimi. Estás...follable.-él ni siquiera se inmutó.

- Es traje de empresa.-señaló el escudo de Ferrari, y volvió a ella.- No, en serio, no sé si sabes que va a haber mucho vejestorio por aquí.-empezaron a andar.

- ¿Y?

- Pues que tendrán problemas de corazón, y así...-dijo mirándola con desprecio, provocando su risa de nuevo.- No vas a ayudarles.-Como agradecimiento, ella se agarró a su brazo y aprovechó así para descansar del dolor de pies que tenía por los tacones. Él la dejó sujetarse.- ¿Qué tal tu tripa?-se interesó por la fatídica cena.

- Mejor, pero menuda nochecita...

- Estás acostumbrada a comer pijadas ya, y así te pasa.-ella le tiró del brazo hacia abajo y él rió.- ¿Y cómo estás de lo demás?

- ¿Lo demás?-Kimi la miraba a través de las gafas de sol, y ella hacía lo mismo a través de las suyas. Sabía perfectamente que le había entendido.

- Anoche parecías feliz de la vida, pero no te creo nada.-recordaba la cena, y el hecho de que Yaiza no hubiese hecho referencia ni a Lewis ni a Sebastian en toda el evento dejó preocupado a Kimi, que aprovechaba la situación para indagar.- Venga, dime.

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