Dani no daba crédito a lo que Sandra le acababa de decir, y por ello miraba a Yaiza también perdido en cuanto a cómo tratar con ella. Le preguntó algo a su amiga, a lo que ella respondió con la misma incertidumbre, pero Yaiza estaba embobada mirando la imagen que se clavaba tanto en su retina como en su pecho con la misma intensidad.
Todo se rompía a pedazos en su interior. Un cúmulo de sensaciones que la hacían dudar entre lo que era apropiado pensar y lo que no. Su ángel y demonio se enzarzaban en un debate sobre el si la chica debía acercarse a la mesa y enfrentarse a él o si debía por otro lado quedarse donde estaba. Entre los mil argumentos y deseos que su conciencia ponía sobre la mesa, se quedaba con los de querer esconderse a llorar, el de encerrarse en su cuarto para no salir o el de simplemente desaparecer para siempre.
Ahora sí necesitaba ayuda, sin saber o pararse a pensar en si la merecía. Necesitaba algo, no sabía el qué, pero su cuerpo la pedía que alguien hiciese cualquier cosa para ayudarla a reaccionar. No pestañeaba, le miraba atónita esperando que en cualquier segundo sus ojos se cerrasen y se despertase en una cama sabiendo que todo formaba parte de una pesadilla. Lo hizo de forma voluntaria y rápida, esperando al menos que con el parpadeo la chica que se sentaba junto a Sebastian hubiese desaparecido, pero ella seguía allí, para su desgracia.
Empezó a pensar en todo lo que había hecho esas semanas, en las consecuencias que claramente parecían tener a su vista, y lo único en lo que quería centrarse era en lo que echaba de menos a Charles en ese instante. Sólo para sentir que no estaba siendo tan estúpida como se en realidad se sentía. Algo que se afianzó incluso más cuando la mirada del chico se clavó en ella borrando lentamente la sonrisa que tenía pintada. No supo cuánto tiempo estuvo recibiendo sus ojos, pero se le hizo una eternidad antes de girarse y salir corriendo de allí.
No sabía cómo sus piernas podían caminar tan deprisa, pese a que compartía la necesidad que mantenían por huir de allí. Lloraba desconsolada, deseando coger cualquier cosa que le permitiese desfogarse, pero llegó al hall y no supo qué hacer. Se mareaba sólo de recordar lo que acababa de ver. Tenía a Sebastian en frente, un Sebastian que había salido corriendo detrás de ella nada más comprobar que le observaba. Le tenía delante y no era consciente, siendo capaz sólo de negar la imagen.
- Yai, escúchame—
- No.-hablaba sin darse cuenta. Su cabeza daba vueltas y no quería saber nada de lo que el chico pudiese decirla. Estaba tan nervioso como ella, centrando su estado en intentar retener a una chica que buscaba caminar de espaldas con la mirada fija en él y negando sin parar.
- No es lo que crees, en serio, te juro que—
- No.-insistía.- No.-su campo de visión cubierto de lágrimas no abarcaba más allá del chico, ignorando la llegada tanto de Sandra como Dani a su posición.
- Yai, ha venido a ver a Kimi, no a mí, te lo juro, yo no tengo nada que ver—
- No.-repetía entre sollozos y negativas.
- Kimi no llegaba y llevaba aquí horas, dijo a recepción que si podían avisarme y cuando llegué me avisaron –ella seguía negando, cada vez más acelerada y devastada- porque él no había llegado aún, Yai sólo estábamos hablando, te juro que—
- M-me lo prometiste.-alargó su discurso, y él la miraba sin saber dónde meterse al ver que lo que decía no llegaba a ningún lado.- Me lo prometiste.
- Sólo estaba desayunando, te lo juro...-suplicaba con lamento ante sus constantes negativas.
- M-me pediste que yo n-no volviese con Lewis cuando n-no era mi intención, y yo sólo te pedí que no volvieses con ella—
ESTÁS LEYENDO
MAPS
FanficTemporada 2014. Necesitaba darle un giro a su vida, y para ello se enfundó en su mejor vestido e ideó el mejor plan posible... un plan que se le iría de las manos y que acabaría llevándola a ella y a su amiga al lugar más deseado de la manera más in...