La insistió tantas veces como creyó conveniente. Yaiza en cambio optó por no decir nada desde que su cuerpo se mostró lo suficientemente débil como para no hacerlo. Pidió a Sebastian que se marchase de su dormitorio, y lo hizo sin ningún tipo de maldad. Una petición muy parecida a una súplica que a Sebastian le costaba aceptar con dolor.
Pero ese día entendía que todo lo que pudiese desear no servía de nada ni merecía ser escuchado. Se levantó de los pies de la cama con la conciencia tan sucia que no fue capaz de dormir en toda la noche. Pese a la situación, se moría de ganas de que llegase la luz del sol para animarse a verla de nuevo.
Sentía que ahora no quería guardarse nada, dolorido por los actos que causaban todos sus silencios y sus nulas ganas de hablar. A las nueve de la mañana del sábado seguía arrepintiéndose de cada palabra y gesto mostrados durante todas las horas del viernes desde que la vio aparecer en su garaje. El odio que sentía hacia sí mismo sólo se podía comparar con las ganas que tenía por arreglarlo de nuevo con ella. Y por eso desde primera hora se plantó en su puerta a esperarla. No quería demorarse más.
- Ho-hola.-la saludó con cierta ternura, causada por su nerviosismo. La chica salía de su cuarto para bajar a desayunar dándose de lleno con una realidad que no le gustaba. Había pasado la noche tan en vela como el chico que la miraba, y sin embargo compartía bien poco sus pensamientos. No quería verle, no en ese instante, pues el golpe que se había llevado en tan poco tiempo la había destrozado tanto como para no ser capaz de enfrentarse a él. Aun así no se movió de la puerta, la cual cerraba con sigilo. Sebastian se acercó a ella poco a poco.- ¿C-cómo estás?-se encogió de hombros en respuesta.
- ¿No me ves?-esa mañana no se había maquillado, no le quedaban ganas para eso tras una noche de insomnio. Las ojeras de su rostro parecían tatuadas, al igual que el color rojizo de su mirada. Sebastian sintió un pinchazo sólo por oírla hablar.
- N-no sé si quieres bajar a desayunar...-decidió ignorar la primera parte de su conversación. Yaiza negó, sin decir más. Él en cambio asintió.- Q-quería hablar contigo.
- No quieres hablar. Simplemente te ves obligado a ello después de lo de ayer.-ahora Sebastian negó, rotundo.
- No, Yai, quiero hablar. Quiero hablarlo, todo lo que pasó, aclararlo al cien por cien.-Yaiza fue a mostrarse contraria pero el chico no iba a dejarse interrumpir.- N-no me digas que ya lo hice, por favor, ni por la mañana ni por la noche pudo expresar todo lo que siento, porque si lo hubiese hecho tú ahora mismo no me odiarías así.
- ¿Tanto poder de convicción tienes? ¿Das por hecho que llevas razón?
- No. No la llevo. P-pero al menos no huirías de mí pensando lo que no es.-Yaiza asintió, mordiéndose el labio.
- ¿Y qué es lo que pienso?-él negó.
- N-no lo sé.-rió con tristeza.- P-pero sé que sea lo que sea no es cierto, Yai. Porque te juro que yo ayer no sé—
- Por favor.-le interrumpió, llevándose una mano al rostro para tapar sus ojos.- Seb, no quiero seguir con esto. Ahora no.
- P-pero necesito—
- ¿Y yo?-se separó finalmente ella de la puerta.- Seb, qué necesito yo ¿acaso te importa? ¿tanto quejarte de que no pienso en ti pero tú no vas a pensar en mí?
- M-me dijiste que hablásemos las cosas. Yo quiero aclararlo—
- ¿No te das cuenta de que todo ha de ser siempre cuando tú quieras?-Sebastian empezaba a impacientarse.
ESTÁS LEYENDO
MAPS
FanficTemporada 2014. Necesitaba darle un giro a su vida, y para ello se enfundó en su mejor vestido e ideó el mejor plan posible... un plan que se le iría de las manos y que acabaría llevándola a ella y a su amiga al lugar más deseado de la manera más in...