C70 - La fuerza

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Kimi no supo qué excusa darle a Yaiza cuando vio a Sandra meterse directa en el cuarto sin pararse a comer la recién llegada pizza. Decidió no preguntarle nada a su amigo, pues no se sentía la más apropiada para exigir explicaciones sobre nada. Si bien es cierto no pudo mostrarse muy tranquila el resto de la velada, debido a que ni el propio Kimi conseguía concentrarse de forma serena. Sólo cuando la pizza llegaba a su fin ambos decidieron buscar alguna forma de entretenerse, y ambos agradecieron que llegasen las tantas de la noche entre risas provocándoles un cansancio que les permitió quedarse dormidos sin pensar en nada que les distrajese.

Se despertaron por los ruidos de una hamaca arrastrándose por la cubierta, y ambos salieron por la puerta a la vez encogiéndose de hombros sin entender nada. Yaiza, que iba en pijama, subió a la parte alta del yate para ver a Sandra corriendo una de las hamacas de la popa a la proa.

- Pero qué haces.

- Mover una hamaca.

- Ya veo, pero qué haces.-insistió.

- ¿Te he despertado?-no se mostraba muy preocupada.

- Sí...

- Vaya, perdón.

- ¿Qué te pasa?

- ¿A mí? –seguía moviendo la silla- Nada. ¿Qué tal has dormido? Porque yo gracias a vuestras voces anoche no fui capaz de pegar ojo.

- ¿Cómo?-no recordaba haber hecho jaleo.- Pero si apenas se nos oía.

- Eso lo decidiré yo ¿No crees? Y luego tú dando por saco en el cuarto.-esperaba que la chica la ayudase con la hamaca, pero Yaiza se había cruzado de brazos sin entender nada. Justo salía Kimi por la puerta, ya vestido con algo más decente que su bóxer.

- ¿Qué se supone que hice? Me quedé dormida nada más llegar, Sandra.

- ¿Yo qué sé? Hacías ruidos, unos cuantos.-Kimi miró a Yaiza, haciéndola ponerse roja por la vergüenza, y provocándola incertidumbre.

- ¿Ruidos?

- Sí Yai, gemías. Que me alegra mucho de que seas tan feliz como para hacer lo que quieras, pero no conmigo delante.-Kimi reía por lo bajo intentando taparse la boca y Sandra seguía moviendo la hamaca. La situación era tan extraña que Yaiza no pudo evitar sentirse dolida.

- He soñado con Seb, Sandra.-la chica dejó la hamaca esperando que su amiga no le contase la unión entre ambas cosas, pero su rostro estaba completamente serio.- Dudo que fuesen gemidos de placer, como dices.

- ¿Ah no? ¿De qué era? ¿Sado?-Kimi volvía a reír, dándose la vuelta, y Sandra negaba mientras volvía a su hamaca sin entender nada. Yaiza la miraba atónita, y empezaba a pensar que se había dado un golpe en la cabeza que la había hecho olvidar algo por lo cual su amiga actuase así.

- Lloraba, Sandra. Lloraba.-Kimi cesó su risa y la chica no retiró la mirada de la hamaca. Sintió frío de repente, y ni siquiera intentó frenarla cuando bajó de nuevo por las escaleras. Kimi la miraba, y Sandra se preguntaba a sí misma el cómo podía haber sido tan tonta. Ni siquiera entendía su comportamiento, ni el haberse olvidado de lo de Sebastian en apenas un día incluso habiéndolo referenciado Yaiza durante la conversación. Eran las diez de la mañana, y sentía que ya no podía estropear las cosas más tras una noche entera sin dormir. Miró a Kimi, que seguía mirándola a ella, y sintió que él era el motivo de su mal humor, por lo que le dio la espalda mientras tiraba de nuevo de la hamaca para llegar hacia la proa, soltándola allí sin cuidado, y sentándose sobre ella para intentar relajarse.

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