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C157 - Fuera de control

Estuvo a punto de pedirle a Dani que repitiese lo que acababa de decir, pero Sandra se le adelantó. Su explicación le habría venido bien para entender el caos que había supuesto la noticia aquella mañana, pero era incapaz de pensar en otra cosa que no fuera el protagonista de las informaciones. Había dejado la mirada perdida en el rostro del australiano mientras el chico daba explicaciones a una Sandra atónita.

- Mira, no sé nada. Todo el mundo me pregunta a mí, pero yo tampoco sabía nada.

- ¿Cómo no vas a saberlo? Dani, trabaja contigo, no sé—

- Seb lleva pasando de todo muchas semanas ¿sabes? Os lo he dicho mil veces. Apenas pasa por el garaje salvo cuando tiene que trabajar en serio. No come con nosotros a no ser que vaya obligado, en cuanto puede se pira. Lleva así desde que volvimos de las vacaciones.-Yaiza salió de su trance al verse implicada de una manera u otra. Dani la miraba, sin querer culparla de nada pero dándola un protagonismo que la dolía.- Seb está rarísimo...-siguió.- No sonríe, no habla, esto ha pasado de ser una pasión a un trabajo sin más para él, o bueno, al menos con Red Bull.-puntualizó.

- ¿Al menos? ¿Se sabe a dónde va?-Dani se giró al resto, volviendo a ella con gesto de obviedad. Sandra cerró los ojos y asintió.- Ferrari.

- No es oficial, porque depende de Fernando supongo, pero—

- ¿Su marcha lo es?

- Sí, ya hay comunicado. Por eso Britta lleva llamándote tanto tiempo.-ahora miró a Yaiza.- Han hablado con la FIA y este finde Seb necesita más control en prensa que nunca, y te han pedido—

- Ey.-Jenson avisaba desde la mesa, echado hacia atrás en la silla, tras haberse dejado llevar por altas voces en la entrada al restaurante. Los que estaban sentados se estiraron un poco para ver a Sebastian entrar en soledad hacia unos stands de comida a toda prisa, dejando ver claramente que venía a coger comida y a irse lo antes posible. Los tres que estaban de pie miraban de forma también descarada, y nadie sabía qué decir. Sebastian parecía no inmutarse de ser el tema de conversación de todos, entretenido en coger su comida. Sandra miró a Yaiza, al igual que Dani y el resto de la mesa. Seguía muda, y ahora le miraba sin saber si llorar, gritar, dejarse caer en una silla o no hacer nada. No entendía cómo había podido pasar aquello. El hecho de que Sebastian anunciase su marcha de Red Bull en ese instante la descolocaba más de lo que ya estaba. Desconocía sus intenciones, no recordaba al chico mencionándola nada en el pasado, y tampoco pensaba que llevasen mal tanto tiempo. Entonces recordó la frase de Dani haciendo referencia a su estado tras las vacaciones, y lo vio todo tan lejano que volvió a culparse por todo. Sebastian echaba en su mochila algo de fruta y bollería envuelto en servilletas, y la cerraba echándosela a la espalda colgando sólo de un hombro para salir de allí. Como si tuviese una cuerda que les conectase, ella salió corriendo tras él nada más empezar el chico a andar.

- Seb.-alzaba la voz, pero no gritaba para no llamar a más curiosos a su punto. El chico seguía andando.- Seb, por favor.-no sabía si de verdad no la escuchaba. Decidió agarrarle de la mano para frenarle, y ver cómo se soltó de ella la hizo aceptar que la había estado ignorando. Se giró a ella para mirarla de frente, con rabia en el rostro, nada similar a su gesto de pena y desconocimiento sobre qué hacer.- Q-qué ha pasado—

- ¿De verdad, Yai?-puso los brazos en jarra. La miraba con los ojos achinados, con dificultades para comprender su aparición.- ¿Me hablas en serio?

- ¿C-como que te vas?-no quería caer en nada que provocase una nueva discusión, aunque la veía inevitable. Le preguntaba sobre una noticia que a su vista parecía devastadora y sorprendente, con un rostro lleno de dudas y temor.- M-me acabo de enterar y—