Ninguno supo contar cuánto tiempo pasaron dándose la espalda sobre aquel colchón. Nico no quiso darse la vuelta en ningún momento por miedo a caer en un llanto en el que ella ya estaba inmersa. Tampoco puso impedimento a su apresurada marcha, y en el fondo se alegró, dentro de lo que el drama le permitía, de que la chica se hubiese ido de allí sin recordarle que todo se había estropeado al máximo.
Yaiza deambulaba por aquel pasillo de hotel sin que el llanto la permitiese distinguir el suelo que pisaba. Estaba tan perdida y desconcertada que ni siquiera dedicaba tiempo a entender por qué había hecho lo que había hecho con Nico, su concentración estaba dedicada a poder respirar de una forma que no la llevase contra el suelo. No sabía a dónde ir. Y mucho menos qué hacer. Bajaba las escaleras agarrada a la madera de su lado para no caerse, deseando sentarse de nuevo sobre un escalón esperando viajar al pasado y borrar su recuerdo más cercano. Estuvo a punto de hacerlo si no fuese porque el mareo que sintió fue tan poderoso como para hacerla agarrarse aún más a la barandilla de la escalera.
Pisó el suelo del que comprendió era su rellano soltándose ya del apoyo manual para intentar recorrerlo. No llevaba nada encima, habiendo dejado olvidada en su dormitorio la tarjeta del cuarto entre otras cosas. Sabía que en realidad no se trataba de un descuido, pues recordaba perfectamente la ira y rabia con la que salió despavorida de una habitación que acogía a demasiada gente a la que ahora no quería ver.
Sin embargo sabía que en su cuarto la esperaban. Lejos de querer saber cuándo, cómo o por qué Sandra y Sebastian se marcharon de su dormitorio, sólo quería que abriesen al otro lado para recibirla con el apoyo o crítica que mereciese. Llamó tan desganada a la puerta que tuvo que repetir el gesto segundos después para que al otro lado la escuchasen, y en esa ocasión esta se abrió dando paso al otro lado a un Kimi que seguía tan perdido y derrumbado como recordaba haberle dejado.
Yaiza podía distinguir en cambio otro sentir más en su rostro, y ese pese a sorprenderle también le recordaba de antes. Kimi fruncía ligeramente el ceño, como si dejase que sus propios males se evadiesen con tal de que los de la chica ocupasen su espacio. Su pena personal daba paso a la que sentía por ver a su amiga aún más decaída a como la vio marchar, y Yaiza dejó por tanto de ver en él a un chico dolido por sus males a por los suyos propios.
- ¿Qué ha pasado?-se negaba a pensar que todo era a causa de una acumulación de disgustos. Yaiza no era consciente de que lloraba demasiado frente a él en ese instante, tuvo que ser su propio labio entre temblores el que la avisase de su estado cuando intentó hablar y no pudo. Volvía a marearse, sin fuerza ni esperanza en conseguir cambiar su situación, dejándose llevar como un fantasma por Kimi cuando este la cogió de la mano para introducirla a su dormitorio. Cerró la puerta apresurado tras ambos, y la intentó trasladar al dormitorio para al menos tumbarla y que uno de sus males desapareciese. Yaiza en cambio se soltaba de él animada a ello por su rabia. Se sentía rastrera, sucia y una persona tan horrible que no aceptaba cualquier cuidado que él pudiese querer darla. Kimi la miraba anonadado.- Yai, qué ha pasado...-tenía miedo por verla así. La recordaba en tantos puntos bajos en su vida que el verla como la tenía en frente le hacía aterrorizarse por no saber actuar. Quiso pensar que era a causa de su propio bajón emocional, pero hacía unos segundos que no recordaba su pena por sólo querer borrar la de ella. La chica dirigía su mirada a la de Kimi pese a no distinguirla entre el llanto, y se encogía como podía de hombros entre negativas quitándose así todo el perdón que pudiese querer darle su amigo. Sólo quería insultarse a sí misma por lo que acaba de pasar.- Yai, por favor, dime que ha pasado...-se acercaba a ella bajando la voz, buscando pese a lo que ella quisiese darle una calma que la relajase e hiciese saber que tenía su apoyo. Secó sus lágrimas para que pudiese verle, que supiese que estaba con ella.
- N-nico.-no era capaz de hablar más allá, y menos cuando empezaba diciendo su nombre. Sólo pronunciarlo la hizo sentir aún más dolor en el pecho, dando por tanto paso a aún más llanto que Kimi ahora no era capaz de parar. La miraba aún con las manos en su cuello, donde las había dejado al sentir que podía hablarle. No mostraba expresión alguna, mientras ella en cambio demostraba con cada gesto el odio que sentía hacia sí misma.- Nico.-repitió. Él no necesitaba ni escucharlo de nuevo ni oír más explicaciones. El gesto de su amiga le expresaba todo lo que había pasado sin necesidad de palabras. Cuando Yaiza se dejó llevar de nuevo por su llanto, Kimi tuvo que hacer esfuerzo extra para impedirla caer al suelo y mantenerla en alto. Alejó sus manos de su cuello para llevarlas a sus brazos y acercarla, abrazándola tras ello con tanta fuerza que la chica sólo pudo rodearle para desahogarse en su pecho. Acariciaba su pelo y susurraba sonidos para buscar una calma que sabía no la proporcionaba. Cansado de su nulo poder tranquilizador, se separó de ella para mirarla fijamente, reteniendo su rostro frente al suyo con las manos.
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MAPS
FanfictionTemporada 2014. Necesitaba darle un giro a su vida, y para ello se enfundó en su mejor vestido e ideó el mejor plan posible... un plan que se le iría de las manos y que acabaría llevándola a ella y a su amiga al lugar más deseado de la manera más in...