C77 - Empeorar las cosas

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Se durmió tan rápido y de forma tan profunda que cuando sonó el despertador apenas tenía fuerzas para apagarlo. Dejó el móvil sobre la mesilla mientras se estiraba y resoplaba por tener que ir a trabajar, dando por sentado que el día iba a ser horrible sólo por su horario. Miró a su lado y encontró las mil carpetas que Britta le había dado y sus respectivos papeles por encima. Había conseguido descifrar su horario, y al menos sabía que en dos horas tenía que estar en el hospitality de Red Bull.

Decidió darse una ducha rápida, y mientras se vestía y cogía las cosas, se secaba un poco el pelo con la toalla para no morir de frío en la calle. Mandó varios mensajes a Sandra para que se pasase a buscarla e ir juntas a trabajar, pero la chica no contestaba a ninguno de ellos y a Yaiza se le olvidó insistir una vez se puso a buscar como loca su cartera, pues no daba con ella. Cuando la encontró la guardó en la mochila, y ahora le tocaba organizar las carpetas para saber cuál se tenía que llevar.

Llamaron a la puerta, y asumiendo que era Sandra no le dio importancia en levantarse a su ritmo mientras colocaba papeles y más papeles. Llegó a la puerta ojeando unos, y la abrió sin pretender saludar con mucho entusiasmo a su amiga, pero el encontrarse a Sebastian plantado delante la hizo descuadrarse.

- Hola.-tenía las manos en los bolsillos, y ya iba uniformado como ella. La chica fue a saludar pero sus palabras le pidieron reposo en la garganta y decidieron no salir mientras gesticulaba. El chico sacó una de las manos del pantalón y señaló de forma fugaz los papeles que sujetaba la chica.- ¿Cómo lo llevas?-ella volvió a gesticular sin sonido mientras miraba ahora sus propios papeles y devolvía la mirada a Sebastian. Intentó hablar.

- B-bien.-él asintió.- Creo que ya voy centrándome...-ahora asentía ella, y ambos se quedaron sin saber cómo seguir. Yaiza movía los papeles mientras buscaba la forma de estarse quieta, pero era imposible.

- Lo siento.-dijo finalmente él. Ella siguió callada.- Lo de anoche, en serio, me puse muy estúpido.-ella negaba.

- No, no. Si—

- Yai, tenías razón ¿Vale? Dijimos de hacer como que había pasado ya, y yo no lo hice, y lo siento por ello.

- Pero es normal que te pusieses así, ninguno esperábamos—

- No, no es normal. Que si, que no soporto a Lewis y no quiero ni que te mire, pero no soy quien para enfadarme contigo porque tú quieras ser su amiga.-la chica buscaba interrumpirle pero no encontraba el momento.- Lo siento, y no quiero que dejes de hablarte con él por mí.

- Pero Seb—

- Yai, no.-la chica desistió.- Ya está. Lo siento.-ella le miró con pena, y se negó a disculparle por algo que ella entendía no necesitaba hacerlo. Le sonrió con timidez, y él la acompañó en el gesto mientras la seguía hasta el interior de la habitación, en donde los papeles sobre la cama protagonizaban la escena.- ¿Aún no estás lista?

- Estoy en ello...-intentó organizarse a prisas, y en cinco minutos miraba con la mochila a la espalda si lo que había sobre la cama podía quedarse allí- Creo que ya.-miró el móvil.- Y Sandra sigue sin contestar...

- Estará durmiendo. Dani no tenía nada hasta esta tarde.-Yaiza puso los ojos en blanco.- Ya, yo también les envidio. Y a Kimi, que tampoco coge el teléfono, supongo que por lo mismo.

Ninguno salvo ellos tenía que estar en el circuito por la mañana, y cada uno decidió aprovecharlo a su manera. Dani dormía, al igual que Sandra, pero Kimi estaba en la terraza de su habitación disfrutando del inexistente sol de ese día en Montreal. Aburrido de esperarle, decidió ir a desayunar antes de que le cerrasen el buffet. En el restaurante del hotel no había nadie, sólo dos personas sentadas en una mesa alejada acabándose un café. Desayunó con tranquilidad, y disfrutó de esa soledad que le ofreció la última hora de la mañana.

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