C27 - Cambio de aires

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- ¿Ves? Mucho mejor.-Yaiza salió del baño con un vestido azul celeste que cogía vuelo y volumen en su cintura, pero que arriba estaba ajustado de tal forma que apenas respiraba.

- Creo que compré la talla equivocada.

- La talla equivocada para ti es la talla adecuada para nosotros. Créeme.-ella burló. Aún le faltaba peinarse y pintarse.

- ¿Qué me hago en el pelo?

- Menos raparte al cero, yo que sé.

- Ahora, digo ahora.-se quitó la pinza que lo sujetaba y cayó sobre sus hombros, espalda y pecho la gran mata de pelo castaño lleno de ondas debido a la sujeción.

- Ves así.

- ¿Bromeas?

- Para qué me preguntas entonces.-negó.

- ¿De verdad está bien así?

- Que síííí...-insistió desesperado. Ahora sólo quedaba que se pintase, pero en eso solía tardar menos de lo normal. Se puso su base, sus polvos, su colorete, se puso eyeliner en la línea de agua del ojo y, presionando con el lápiz sobre su párpado móvil, creó una mancha de pintura negra que difuminó con el dedo. Se lavó las manos, fue a su neceser y sacó un lápiz de labios que rondaba entre el color nude y el rosa pálido. Se giró a Kimi esperado su veredicto.- Si no fuese porque te respeto, te follaría.

- Aww.-dijo ella emocionada.- Es lo más bonito que me has dicho nunca.-él alzó los brazos a la vez que se encogía de hombros, como si asumiese que no tenía remedio.

- Y será lo más bonito que te diga. Vamos, anda.

- Espera, el bolso, tengo que arreglarlo.-Kimi resopló y ella se dio cuenta de que era demasiado tarde para seguir arreglándose.- Vale, vale.-cogió su móvil y su tarjeta.- No mires- El chico se giró hacia la puerta. Yaiza cogió la tarjeta y se subió el vestido, y la colocó en su cadera, entre la tela de la ropa interior y su piel. Se bajó de nuevo el vestido y fue hacia Kimi, y antes de salir por la puerta, se metió el móvil en el escote.

- Me encanta tu idea de no provocar.-cerraron la puerta con la risa de ella, y fueron a la escalera. Bajaron poco a poco para que ella no se desnucase, y una vez llegaron al pasillo, él tuvo que retroceder para tirar de la chica, que se negaba a entrar por la puerta del salón, que era el buffet sin mesas y sin encimeras llenas de bandejas.

- No quiero.

- No me jodas ¿Eh? Que me he tragado toda tu transformación.

- Kimi, en serio.-se soltaba de su mano y él fingió entenderla.

- Vale, está bien. Te dejo que te vayas.-Se quedó mirándole unos segundos, y él se mantenía con las manos en los bolsillos de su vaquero asintiendo, esperando a verla marchar. Lo dudó varias veces, sobre todo por la facilidad, pero se giró para emprender su viaje de vuelta al cuarto cuando se vio volando de nuevo en los brazos del finlandés.

- ¡Kimi!

- A callar.-la llevó hacia la puerta del salón y la soltó cuando la habían traspasado. Ella se estremeció en el suelo y Kimi se sacudió las manos, como si hubiese realizado una pesada tarea con fin satisfactorio.- Ahora a beber. -y se fue a la barra. Yaiza se quedó de piedra en la entrada, y el hecho de que fuese la única con vestido claro no la ayudaba a pasar desapercibida. Anduvo poco a poco hacia el interior del salón, y debido a la oscuridad no distinguía a nadie. Pensó en sentarse en una de las mesas que parecían vacías en el fondo de la sala, pero veía imposible llegar hasta ellas con lo reluciente que era su vestido a cada paso. Repasaba sus dedos con los de la otra mano, y así camuflaba su nerviosismo.

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