C36 - Normalidad

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La noche les dejó derrotados a ambos. No recordaban cuándo habían llegado, pues desde que salieron del almacén de la discoteca apenas miraron el reloj. Sandra no encontró ni a Jud ni a las demás por ningún lado, por lo que la mandó un WhatsApp disculpándose por irse sin despedir. De camino al hotel, Nico apenas fue capaz de moverse, y Sandra le miró de reojo negando con la cabeza mientras reía durante todo el trayecto. Llegaron al cuarto y se quedaron dormidos sobre el colchón sin apenas acomodarse.

Se despertaron tal cual cayeron, y Sandra se cuestionaba el cómo era posible que no le doliesen todos los músculos y huesos del cuerpo. Miró a Nico, que mantenía una pose incluso peor, dándole golpes en el trasero para despertarle, pero este ni se inmutaba.

- Nico.-le llamaba, pero este seguía soñando. Sandra no se movía de su pose, la cual descubrió era comodísima pese a lo extraña que le parecía. Volvió a darle.- ¡Nico!-pero volvió a no tener respuesta. Decidió ir más allá y le pellizcó una nalga- ¡Britney!-El chico llevó su mano a su propio trasero y dio un manotazo para espantar a Sandra, que se reía dando vueltas.

- Heh haceh...-decía sin fuerzas, con la cara hundida en la almohada.

- Despertarte, princesa.-le oía refunfuñar.- Venga, va...despierta.-decidió levantarse, pues el rodar por la cama riendo la hizo sentirse incómoda en sus poses normales. Fue derecha al otro lado de la cama, y tiró de Nico de un brazo para moverle y este protestaba cual niño.- ¡Nico, joder!

- ¡Ehameee!-la voz de Nico provocaba más risas en la chica, que perdía la fuerza por la boca y era incapaz de moverle. Agradecía que volviesen a hablar en inglés al menos en ese momento, aunque Nico quiso volver al idioma natal de la chica cuando estuvo sentado sobre la cama con cara de agotamiento.- ¿Qué haremos hoy?

- ¿Otra vez español?

- Sí.-ella puso los ojos en blanco.- ¿Qué haremos?

- Yo estoy cansada.

- Yo no.-mintió, y ella volvió a reírse.- ¿Qué hora es?

- Las...-se quedó parada un poco mientras se sentaba al lado de Nico.- Doce.

- ¿No sabes leer la hora?-bromeaba él mientras observaba la pantalla de su móvil entre risas.

- Calla, es que me ha escrito Yai.-abrió la conversación.- Que si estamos en Barcelona. Pero bueno. Y que perdón por molestar.-negaba con la cabeza y Nico seguía riendo. La chica empezó a escribir y la respondió tanto a una cosa como la otra. Ambos se quedaron mirando la pantalla esperando que la chica continuase con la conversación, pero al ratito, la hora de conexión pasó a ser una fija, lo que les indicaba que no estaba en línea.- ¿¡Pero qué coño?!

- ¿Qué pasa?

- ¡Y ahora se calla!

- Bueno, ya la has contestado, para qué quieres más.

- ¿Dónde está ella? ¡Por qué no me lo dice!

- No le has preguntado.

- ¡Oh!-seguía gritando.- ¡No sabía que era necesario, podía ofrecerse a contarme algo alguna vez!

- Baja la voz por favor.-se tapaba los oídos y ella le miraba mal. Decidió dejar la broma a un lado.- Sandra, deja de enfadarte con ella por eso.-la dio un beso en el hombro.

- No, Nico, no. Es que me toca las narices ya.-las expresiones que usaba le hacían demasiada gracia al chico.- Yo le tengo que contar todo pero ella pasa de mí.

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