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C108 - A escondidas

Durmieron más de lo que su cuerpo necesitaba, pero después del cansancio sentido por los cuatro tras el viaje de lunes las horas pasadas dentro de la cama les sirvieron para afrontar de mejor forma el martes. Sebastian fue el primero en ponerse en pie, y lejos de querer despertar a Sandra temiendo que esta le reprochase su enésima interrupción, se fue hacia la cocina para buscar algo de desayunar.

Nadie más estaba despierto en esa casa, y pese a que se moría de hambre, decidió esperar a que alguien más le acompañase. El siguiente en despertarse fue Kimi, que tras comprobar que eran cerca de las doce y media de la mañana sintió una necesidad cruel de despertar a Yaiza. La empezó a dar ligeros empujones, y esta ronroneaba invadida por el cansancio y el sueño.

- ¡Eh!-optó por gritarla, y esta dio un brinco girándose hacia Kimi.

- Q-qué pasa.-se alarmó.

- Que es tarde, despiértate.

- ¿Qué hora es?-habló tras bostezar varias veces.

- Casi la una del mediodía.-la chica, sorprendida, miró el reloj que había en la mesilla.

- Aún queda un ratito para la una.

- Da igual, arriba.-molesta, Yaiza decidió hacerle caso colocándose en una postura más erguida sobre la cama.- Y la última vez que me quitas el sitio.-la reprochó finalmente. Ella abrió los ojos más de la cuenta asumiendo que no se había dado cuenta de ese detalle. Tragó saliva, pero no quiso pedirle perdón por nada.

- Tranquilo, hoy dormiré en el cuarto de al lado.-a Kimi le llamó la atención su anuncio.

- ¿A qué se debe semejante buena noticia?-no le seguía el juego bromista esa mañana, y Kimi se dio cuenta.

- A que no quiero dormir más contigo. Así que dile a Seb o Sandra o quien quieras que duerma contigo que esta noche duermo en el otro lado. O en el sofá.-entró al baño del dormitorio ante la mirada de sorpresa de Kimi, que no se movió hasta que la chica volvió a aparecer.

- Pensaba que se te había pasado el enfado.-Ella se encogió de hombros yendo hacia su maleta en busca de algo que ponerse por encima.- ¿Eso es un sí o un no?

- Eso es un no te incumbe.-Kimi alzó las cejas y miró a los lados esperando una explicación al tono de voz tan malhumorado de la chica.

- Si no hubiese compartido cuarto ya contigo dirías que tienes un humor de perros al despertar, pero ya te he visto antes y no puedo evitar sorprenderme—

- En realidad suelo tener un humor de perros al despertar, así que no te sientas tan importante en ese aspecto. Pero sí, supongo que hoy el motivo puede girar en torno a ti.

- ¿Te he dado patadas mientras dormías o algo?-Yaiza se puso por encima del pijama la chaqueta de Red Bull, que era lo único que aparentaba abrigar en su maleta.- ¿Es por lo de anoche? ¿En serio? ¿También te vas a enfadar conmigo?-la chica controló que su gesto no se enfureciese y se giró al chico tras cerrar de nuevo su maleta.

- ¿Por qué os cuesta tanto entender que me molesta que me llaméis pesada?

- Hombre, tenía entendido que ayer cuando Seb subió a hablar contigo hizo que se te pasase el malestar.

- Lo que haga él o deje de hacer no es de tu incumbencia. Y si te soy sincera he pasado demasiado tiempo mal con él como para seguir estándolo por esto.

- Tú misma le quitas importancia, entonces.

- Se la quito con él.

- Pero conmigo sí la tiene.-ella asintió.- No entiendo por qué.