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C98 - Doble personalidad

- Si prefieres, puedo—

- No.

Se masajeó la cara con las manos mientras Lewis la observaba sin saber muy bien cómo empezar a hablar. Se había armado de valor para ir a su dormitorio y explicarle el porqué de su reacción, y ahora sólo se preocupaba en intentar no provocar en ella una similar. No sabía ni siquiera lo que llegaba a interrumpir, pues su primera idea se desmanteló al ver cómo Sandra echaba del cuarto a un Kimi claramente enfurecido. Luego, el recapacitar sobre dicha escena le llenaba de dudas sobre si de verdad Sandra estaba llevando bien todo aquello, y aunque la respuesta era claramente negativa, su actitud le preocupaba más de lo normal.

Sandra separó las manos de su rostro y el poco aire que por allí corría le dio de lleno en la cara. Comenzó a andar hacia el centro del dormitorio mientras Lewis permanecía quieto frente a la puerta en la que había estado ella apoyada, y esperaba una señal para saber si debía permanecer allí, marcharse, o acercarse a socorrerla. La miró pese a no desplazarse de su posición, y cuando Sandra se sentó en los pies de la cama, recibió su mirada como una llamada de auxilio.

- Supongo que lo que quiera que haya pasado no entraba en tus planes.-negó vagamente, pero la simple ironía que le parecía el momento en ese instante la hizo parar para agacharse sobre las palmas de sus manos.- ¿Qué ha pasado exactamente?-a Sandra le pareció hiriente la pregunta pese a la lógica necesidad de Lewis por aclararlo de cara a la conversación.

- Lo de siempre.-resumió.

- ¿Cómo ha sido esta vez?-Sandra le miró inquietada, y Lewis decidió explicarse.- Quiero decir, has sido tú, él... De mutuo acuerdo...-fingió sonreír, pero Sandra no estaba para comentarios animados. Se encogió de hombros analizando su respuesta. Kimi había llevado la iniciativa, y lejos de centrar la escena en el simple beso, el finlandés decidió asegurase de forma verbal de que la chica quería hacerlo. No le había dado una respuesta con palabras, y para su desgracia sentía que no había hecho falta.

- Esto es una mierda...-Lewis sonrió de forma tímida otra vez, y fue a hacerla compañía sobre el colchón.

- Me imagino que lo último que quieres hacer es hablar de ello.-Sandra asintió.- Aunque creo que en este momento te vendría bien.-le miró.- En caliente, no sé, tal vez consigues expresar lo que sientes mejor.

- Creo que no hace falta expresar mucho. Quiero decir, qué más da ya ¿Sabes? Diga lo que diga, me guste o no, lo reconozca o me lo guarde, siempre acabamos igual.

- Mira...-no se esperaba que Lewis la agarrase de la mano, y menos que esta acabase posada entre las dos de Lewis como si las protegiese del frío.- No creo que nos debas dar explicaciones a nadie. Ni a Jenson, ni a Seb, ni a Hülk o Dani aunque se pongan pesados.-Sandra mostró media sonrisa al imaginarse a sus dos amigos hechos una furia.- Sinceramente creo que sólo deberías dárselas a Kimi, si es que alguien las mereciese, pero la única persona que ha de aclarar todo esto eres tú. Por tu bien.-ella miró su mano, aún acogida por las de Lewis, y sintió que el frío se esfumó gracias a su ayuda.- No tengas miedo en tener que decirle a alguien si te gusta Kimi o no te gusta, o si le odias pero te encanta hacer estas locuras con él. -ella volvió a sonreír con timidez- No lo tengas porque no has de tenerlo. Pero has de aclarar las cosas contigo misma. Tú eres la que has de actuar como quieras en base a lo que sientas.

- El problema es que no quiero sentir lo que siento.-Lewis era ahora el que sonreía de forma tímida mientras daba unas pequeñas palmadas cariñosas sobre la mano de Sandra, que ajena a todo, no llegaba a imaginar lo mucho que Lewis la comprendía.

- Eso por desgracia no depende de ti. Ni mucho menos de Dani, Hülk, o quien quiera hacer de tu consejero. ¿Te gusta? Pues genial. Genial porque tú le gustas a él –Sandra se incomodó y Lewis apretó la mano superior sobre los nudillos de la chica sólo para tranquilizarla.- Eso es algo que también has de asumir. No lo que sientes tú, sino lo que sienta él.