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C150 - Encarcelados

Cameron intentaba todo para ser un buen anfitrión. Aunque les comunicó a todos que saldría de su casa esa misma noche, hasta su marcha quería dejar todo preparado para que sus huéspedes pudiesen disfrutar de todo lo que necesitasen. La comida corrió de su cuenta. Además de comprar, se encargó de poner a disposición de todos unas cuantas pizzas y platos salteados que pese al buen sabor, los pilotos no terminaron de aprobar de cara a sus dietas.

Pero lo último que hicieron fue protestar. Comieron en la gran mesa que ocupaba el jardín. La primera parte de la velada estuvo compuesta por recuerdos y anécdotas por parte de Cameron buscando la forma de dejar en evidencia a un Dani que se reía de sí mismo. Junto a ellos, en un extremo de la mesa, Lewis, Sandra y Nico escuchaban y reían a la vez que los dos protagonistas, olvidándose entre toras cosas de comer. Al lado de Sandra, pese a apenas dirigir palabra, Yaiza escuchaba lo que Charles la decía con total concentración, ausentándose en todo momento de una conversación que ninguno veía interesante. Y justo en frente de ellos, Kimi se limitaba a mirarles de forma descarada sintiendo que no mandaba suficiente rabia.

Fue el primero en levantarse cuando la comida hubo acabado. Aprovechó que Cameron se obligaba a sí mismo a ser el único en recoger para ignorarle por completo y llevarse de allí unas cuantas cosas a la cocina. El anfitrión asumió desde un inicio que era inútil intentar hablar con el finlandés, e incluso vio con buenos ojos no dar tantos viajes hasta la cocina para recoger la mesa.

- Han sobrado estas porciones.-aun así decidió dirigirse a un Kimi que pegaba un sorbo a un botellín de cerveza recién sacado de la nevera. Sin despegar su boca del morro, se encogió de hombros.- Es por si se las quieres llevar a Sebastian.-no le dio respuesta, provocando que el chico dejase en un plato junto a una mesa las pocas porciones que sobraron de pizza. Kimi las miraba usándolas como plano para imaginar el estado de su amigo. Pensaba que tal vez era buena idea subirle esos trozos de comida, y por otro lado pensaba que sería una auténtica locura.

- ¡¿Dónde dejo los plásticos?!-el grito de Sandra a la entrada de la cocina le desconectó de sus pensamientos. La chica preguntaba a voces a Cameron dónde tirar todas las bolsas que habían sobrado de la comida, y entraba a la amplia habitación en busca de una bolsa gigante donde echarlas. Kimi la observaba en todo momento.- ¿Y esto?-se atrevió a preguntar, pese a haberse propuesto no mirar a Kimi. Miraba las porciones de pizza marginadas en el centro de una mesa.

- Para Seb.-informó. Ella se giró a Kimi asintiendo.

- ¿Cómo está?-se encogió de hombros.

- No lo sé, supongo que mal.

- ¿Ha pasado mala semana?

- Sólo está enamorado, no enfermo, no hables de él como si se estuviese muriendo.-dio otro sorbo a su cerveza.

- Para algunos estar enamorado es estar enfermo.

- No para mí.

- Pero hablábamos de Seb...

- Sí, hablábamos. Cosa que me llama la atención, si he de ser sincero.-tiró el botellín a la bolsa gigante en la que Sandra había tirado todos los plásticos. No iba a reprocharle su nulo reciclaje, estaba más preocupada por la conversación que se le acababa de iniciar.- ¿A qué vienen estas charlas?-Sandra se apoyó sobre la mesa, quedando frente a él, que permanecía junto a la nevera. Se encogió de hombros.

- Ya te dije que estaba harta.

- Y me parece perfecto, pero creo que tengo algún tipo de derecho para poder elegir si quiero recibir tus charlas.