C155 - Giro brusco

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Era incapaz de aceptar que todo había cambiado tan rápido en cuestión de días. Aún se recordaba regañando al chico que ahora yacía junto a ella, aceptando con ello que cualquier síntoma de buena relación con él había llegado a su fin. Y sin embargo él dormía a su lado, y ella dormía al suyo.

Cuando se despertó se sintió cansada, culpando a sus mil despertares nocturnos de los que ahora renegaba. Miró a Kimi con miedo, sin querer despertarle pese a que su rostro mostraba mucho más descanso que el de ella. Se levantó de la cama con el mismo sigilo con el que intentó vestirse. No dio con mucha ropa a su alrededor, y no le apetecía rebuscar en el armario para no hacer más ruido del que sentía que ya hacía. Vio doblada sobre una silla frente a la ventana una camisa blanca y el resto de un traje. Se decidió a coger sólo la prenda blanca e ignorar el resto para meterse sobre ella. Tras mirarse al espejo y comprobar que le quedaba excesivamente grande, decidió acompañar su look sólo de la parte inferior de su lencería para bajar a la cocina a entretenerse.

No contaba con ver a Kimi en un buen rato, viendo la idea de perderse entre comida como algo bueno. Se recogió el pelo en un moño alto bastante descuidado, y empezó a sacar bols y otros moldes de cocina que compró el día anterior. Tras varios minutos de organización, dio comienzo a su tarea de preparar postres y otros platos de repostería mientras hacía tiempo.

Metió unas cuantas magdalenas rellenas de caramelo al horno mientras se ponía en marcha con un bizcocho. Hacía rato que le había dejado de importar el hacer ruido o no, y acompañaba sus movimientos por la cocina con la música que desprendía su teléfono móvil. Batía la masa de su pastel en un cuenco grande al ritmo de los éxitos de Rihanna. Estaba tan concentrada en que los acordes de la música siguiesen las marchas de su mano y su cucharón que cuando se giró de frente a la gran mesa dio un brinco hacia atrás al ver allí a Kimi. El chico alzó una mano sin esfuerzo, saludándola. Estaba sentado frente a ella pero con la silla de espaldas, apoyado en el respaldo con los brazos y dejándose caer sobre él.

- Qué susto.-confesó.

- ¿Existe alguna razón por la que se os olvida siempre que los pilotos estamos a dieta?-Sandra soltó el cuenco en la mesa para ir a coger un molde al otro lado de la encimera.

- ¿Qué te hace pensar que va a ser para ti?

- Tenía la esperanza.

- Pero si acabas de decir que estás a dieta.

- Yo te he informado, otra cosa es que luego me la salte.-Sandra refunfuño sin mirarle, dejando el molde por donde pudo mientras acudía al horno para apagar la alarma y sacar las magdalenas. Se agachó como pudo para intentar sacar la bandeja con dos manoplas, algo que le llevó más segundos de lo esperado. Volvió a dar un brinco cuando se giró a Kimi y le vio medio agachado mirándola. El chico se irguió en el acto, haciéndola recordar a la vez que sólo llevaba la parte inferior de su lencería y una camisa perteneciente al propio chico.

- ¿Me estabas mirando el culo o algo?-él se encogió de hombros.

- Me lo pones delante, no sé qué quieres que mire.-no se sorprendió de su sinceridad, dándole de nuevo la espalda para colocar sus magdalenas y sonriéndose al pensar que él volvería a estar mirándola.- ¿No me vas a dar magdalenas?

- Estás salido, quieres magdalenas... No sé si te has convertido en Seb de repente o—

- ¿Seb te mira el culo?-se giró a él riendo, viendo su alarma facial.

- A mí no, pero a Yai seguro.

- Todo tío con sentido común mira un culo cuando está delante.-Sandra negó riendo mientras le acercaba una magdalena.- ¿Qué haces con mi ropa puesta?

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