C125 - Después de la tormenta...

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Acabó tan agotada que ni siquiera buscó fuerzas en su interior para recoger los trozos de su teléfono que aún seguían en el suelo y poder montarlo. Tenía que recibir el mensaje que la confirmase la hora y lugar de la fiesta de esa noche, y sin embargo seguía mirando al techo cogiendo aire.

Sebastian mientras tanto paseaba por el cuarto en sus vaqueros buscando el resto de su ropa, la cual se puso en el acto tras haberla encontrado tirada por todos lados. Miró con temor las gafas de sol que Lewis le había dejado, comprobando que uno de los cristales tenía un claro arañazo que de ninguna forma podía ocultarse. Decidió dejarlas sobre una mesa esperando que estas no se estropeasen mucho más y centrarse en el estropicio de ropa que había al lado de la cama. No recordaba en qué momento la maleta de la chica había acabado por los suelos, pero al levantarla se arrepintió de cualquier cosa que pudiese haber pasado con el macuto al ver toda la ropa esparcida por el suelo bajo ella.

- Creo que vas a tener entretenimiento esta noche.-Yaiza se acomodó como pudo para mirar la maleta vacía que el chico enseñaba. Resopló.

- Podrías ser majo y ponerte tú con ello...

- ¿Yo?

- Tú eres el que la has tirado.

- ¿Acaso has visto cómo suele estar mi maleta? Yo suelto cosas y como caigan han caído, no creo que te guste así.-la chica volvió a resoplar y se acercó arrastrándose a los pies de la cama, cubierta por la sábana.

- Entre unas cosas y otras se me están quitando las ganas de ir de fiesta.-le dio unos manotazos para que fuese a por los restos de su teléfono y se los diese. El chico lo hizo y Yaiza se puso a montarlo de nuevo.

- ¿Por qué dices eso? Si te gusta la fiesta más que al propio Dani.

- Pero tengo que rehacer la maleta...-pausó para encender el móvil.- Y encima tú no vienes.

- ¿No voy?-Sebastian frunció el ceño. Ella le miró con el mismo gesto.

- Me has dicho que te vas a Italia ahora.-el chico miró hacia un lado intentando recordar eso y cuando lo hizo empezó a reír.- Qué...

- Eso era mentira, tenías que pensar que no me ibas a ver—

- ¡Seb!-le dio un manotazo.- Eres un imbécil.-él reía, pero ella se mantenía furiosa.- No sé a qué viene engañarme así.-volvió la vista al móvil para comprobar que le había llegado un mensaje de Sandra informándole sobre la fiesta.

- Es que si no...

- Si no nada, necesitas mentirme para que yo caiga.

- No empieces.-Sebastian apoyaba la maleta a los pies de la cama y empezaba a meter ropa sin cuidado.- Hemos acordado que he ganado yo, con mentiras o no. Y tú también me mentiste a mí en su momento.

- Pero si yo lo único que te dije era que quería hacerlo. No necesité decir más, tú caes muy pronto.

- Es lo que tiene aparecerse por mi cuarto con las pintas que me llevabas.-le sacó la lengua.

- Oye, entonces...-tras unos segundos en los que Yaiza estuvo contestando al mensaje de Sandra y Sebastian siguió amontonando ropa en la maleta de la chica, ella volvió a hablar.- ¿Cuándo te vas?

- Mañana por la mañana, a mediodía creo.

- ¿Y cuándo nos volveremos a ver?

- Pues...-rió.- Es que no puedo decírtelo.

- ¿Por qué?

- Pues porque quiero que sea sorpresa.-ella sonrió.

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