C89 - Sin haberlo planeado

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- Haz el favor de volver ahí dentro.-Sebastian pasaba por el lado de Kimi resoplando sin querer mirarle. El finlandés había dejado a un lado su risa para intentar mantener una conversación más o menos seria con su amigo.- Seb, no me jodas ¿Eh?

- Vámonos, por favor.-tiró de él como pudo hacia el ascensor.

- ¡Pero qué coño te pasa!-gritaba entre susurros, intentando que Yaiza no les escuchase en la distancia.- ¿¡No has visto que ella estaba deseando verte?!

- ¡Kimi, qué coño no entiendes de que no quiero!

- ¡Pero si sí quieres!

- Mira.-cogió aire.- Basta ¿Vale? Basta. –entraron al ascensor y el chico se apoyó en la pared y dejó caer su cuerpo sobre sus brazos, que descansaban en sus muslos.

- Conmigo no cuentes para nada, te lo digo en serio, no voy a ayudarte a seguir jodiéndola.-Sebastian movió la mano hacia él informándole sobre lo mucho que le ignoraba.- No sabes lo que puede llegar a pensar ella de esto.

- Cállate ya, por favor.-sollozaba.- ¿Qué coño la has dado de comer estos días?

- ¿Qué?-le miró atónito.

- Está más guapa, o yo qué sé.

- No me hables con el rabo.-Sebastian le dio un manotazo. Kimi pensaba que lo hacía para defenderse, y pese a que le protestó el golpe, Sebastian tenía la mirada fija en la puerta, que se había abierto dos plantas más abajo. Kimi se quedó tan perplejo como el alemán cuando miró hacia allá, y Sandra les miraba igual de atónita. La chica llegaba del cuarto de Nico Hülkenberg, y allí nadie sabía qué decir.

- Hola.-Sebastian decidió intervenir, pero Sandra y Kimi se miraban deseando que la puerta se cerrase entre ellos como si nada hubiese pasado.- ¿B-bajas?-Sebastian tampoco sabía si callarse o no. Sandra hizo amago de hablar, pero abría y cerraba la boca sin hacer ruido. Negaba levemente y mientras tanto buscaba la forma de respirar.

- N-no.-se giró y comenzó a andar hacia un lado, y se abalanzó sobre la escalera para bajarla a toda prisa. Pensó que se había librado del reencuentro inoportuno, pero volvía a oír una voz dirigiéndose a ella, y no era la de Sebastian.

- Espera, espera.-Kimi la adelantó y se plantó frente a ella en el rellano de la primera planta.- Oye, hablemos ¿No?

- No.-repitió, e intentó evitarle antes de que él volviese a retenerla. Se puso frente a ella antes de que pudiese tomar el primer escalón.

- Creo que merezco una explicación ¿No crees? –estaba irritado, y Sandra le miró furiosa por no poder escaparse.

- ¿Ah, sí? ¿Quién me las daba a mí cuando las necesitaba yo?-Kimi la miró atónito y negó.

- No me hablas en serio.

- Sí, muy en serio.

- ¿Lo hiciste a propósito o qué?

- ¿Perdón?-cada vez hablaban más alto.

- El salir corriendo, porque perdona que te diga aún intento entenderlo.

- ¿A qué coño venía todo aquello?-Kimi se quedaba con la boca abierta.

- ¿Me estás echando en cara eso? Porque te vi bastante receptiva ¿eh?-Sandra cogió aire y controló así su ira. Sintió una presencia tras ella, y entendió que sería Sebastian.

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