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C85 - Larga espera

Daba cabezadas. Le dolía el cuello de intentar mantener su cabeza recta, pero había conseguido encontrar una postura que no le daba dolor de espalda, y el mantenerse despierta era tarea complicada. Sandra dormía plácidamente sobre la cama, y ella mientras tanto se entretenía mirando el móvil esperando que su sueño se dignase a abandonarla tras deducir que no quería su compañía. Pero tras un pestañeo que duró más de la cuenta pudo adivinar que el sueño se había quedado a pasar unas cuantas horas con ella.

Miró el móvil, que estaba entre el cojín y el lateral del sillón en el que se sentaba, y comprobó que eran las nueve de la mañana, pasadas unos minutos. Se restregó los ojos y cuando separó sus manos de los mismos miró a la cama, y dio un brinco en su sofá al ver que Sandra estaba sentada, también recién levantada, mirándola con intriga.

- Joder.-protestó Yaiza, que se llevaba la mano al corazón.

- ¿Qué haces aquí?

- Dormía.-se estiró, y a continuación se levantó para dejarse caer al lado de Sandra, tumbándose sobre el colchón y estirando toda su columna.- Qué gusto...-Sandra la miraba atónita.- Tú qué tal estás.

- Yai.-la que estaba a punto de quedarse dormida de nuevo abrió los ojos.- ¿Has estado aquí toda la noche?

- Claro.-le pareció una respuesta bastante obvia.

- Tía...-Yaiza frunció el ceño al ver que su amiga también lo hacía.- Pero por qué no te fuiste.-decía con voz lastimera.

- No te iba a dejar sola.-volvió a decir con obviedad.- Vamos, ni de coña.

- Pero si me quedé dormida rapidísimo.

- ¿Y si te despertabas en medio de la noche llorando otra vez? –negó.- Ni de coña, vamos.-Sandra se cruzó de brazos.- No me has respondido.

- A qué.

- A cómo estás.

- Cabreada contigo, pero bien.-se sentía mucho más calmada que la noche anterior. El hecho de que Yaiza no le preguntase nada de camino al hotel y la dejase meterse a la cama nada más entrar por la puerta la ayudó a quedarse dormida y evadirse de sus pensamientos. Pero los recuerdos ya estaban de nuevo en su cabeza, aunque con suerte para ella, de forma mucho menos dolorosa. Dejó de analizarlos nuevamente cuando sintió que Yaiza se acomodaba a su lado. Se miraron.

- ¿Quieres que hablemos? –mientras Sandra buscaba la forma de evitar esa conversación, la propia Yaiza le dio la manera de excusarse.- Es... Por Nico ¿Verdad?-El recuperar el recuerdo del alemán en la noche anterior le ayudó para fingir que ese era el problema, cuando ni siquiera se había acordado de él. Le vino a la mente la imagen de Nico con la chica rubia, y aunque sintió un leve pinchazo en el estómago, también se dio cuenta de que el dolor era mucho más débil que antes.

- Sí.-mintió. Yaiza hizo una mueca y apoyó su cabeza en el hombro de su amiga, que estaba apoyada en la pared.- Estaba con una chica, no sé si le viste.-cuanto más alargase esa excusa, más creíble parecería. Yaiza se retiró para mirarla, aún con la mueca.

- No me di cuenta...-la cogió de la mano, y en ese momento Sandra se sintió mal por estar mintiendo a su amiga.- Tía, has de intentar superarlo.

- No, no, si ya estoy bien.

- San...

- Lo estoy, en serio. Es que ayer bebí, me sentaría todo mal, y claro, encima estaba con Hülk que ya sabes que no es el alma de la fiesta últimamente.-sabía que a Nico no le iba a ir a preguntar, así que le metió en la excusa que era completamente creíble para Yaiza.- En serio, estoy perfectamente, de hecho parezco tonta por haberme puesto así por eso...-pensó en voz alta en referencia a su problema real, y se quedó en Babia pensando en cómo se habría quedado Kimi al verla salir corriendo. Tragó saliva y quiso dejar el tema a un lado.- ¿Tú qué tal?-Yaiza sintió que tenía demasiado calor, y por costumbre supo que sus mejillas estaban coloradas.