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C145 - Que vivan los novios

Muchos parecían no tener prisa por irse de aquel hotel en el que se encontraban. Si bien Sebastian había huido como alma que lleva el diablo de aquel sitio y de los recuerdos que le traían, otros permanecían por allí deambulando.

En contradicción con el alemán, Yaiza se levantaba a media mañana para preparar sus cosas antes de ir a desayunar y poner rumbo a Enstone. Bostezaba a cada paso que daba, pese a que esa mañana era consciente de haber dormido lo suficiente. Tenía frío, sin saber por qué, por lo que optó por echarse una chaquetilla fina por los hombros antes de bajar al buffet. No había mucha gente, sin sorprenderla el detalle por las horas que eran, y no le costó sentarse en la mesa que más la apeteció.

Pensaba dedicar esa media hora que se había dado de desayuno para simplemente pensar en cosas que la alejasen un poco de allí, pero era en vano cada vez que lo intentaba. Se llevó una tostada a la boca son la mitad de mantequilla y la mitad de mermelada que solía echarle. No lograba concentrarse lo que le hubiese gustado, dejando la mirada perdida en la silla vacía de en frente mientras masticaba una y otra vez el mismo trozo de pan.

- Se te va a caer.-pestañeó recuperando la imagen de la realidad. Miró al pan, descubriendo que en efecto, la poca mermelada con la que había decorado la tostada iba a empezar a caer por el lateral de su mano. La giró rápidamente y la dejó sobre el plato para limpiarse. Luego volvió la mirada a Lewis, frente a ella.- Tienes cara de sueño.-ella suspiró. Tal vez no había dormido tanto como pensaba.

- No me apetece nada ir a Enstone.

- Te creo.-rió.

- ¿Tú qué harás?

- Por ahora recibir una explicación sobre lo que estás haciendo con Charles.-la chica no había terminado de limpiarse la mano cuando le miraba atónita.- No he venido a hablar de nuestra semana de trabajo, la verdad.

- Pues podrías...-se negaba a hablar de Charles otra vez.

- Creo que tengo motivos de sobra para no querer hablar de trabajo ahora mismo.-como un rayo, el recuerdo de la última carrera llegó a su mente, alterándola.

- Ay, mierda, joder.-se tapó la boca.- No me acordaba, lo siento.-le cogió de la mano.- ¿Estás bien?-Lewis cogió aire para soltarlo lentamente.- Te juro que no entendí nada, no sabes el cabreo que me entró cuando—

- Charles, Yai. Charles.-se soltó de su mano y ella hizo una mueca, provocándole una risa.- No quiero hablar de la carrera, créeme.

- Ni yo de lo que tú quieres hablar...

- Se siente. Yo elijo hoy el tema.-se encogió de hombros.

- ¿Cómo te has enterado?-mordió un trozo de su tostada antes de preguntarle, alargando el tiempo de enfrentarse a una nueva riña.

- Seb y yo te vimos.-esperaba no tener que oír ese nombre tan pronto, pero para su sorpresa lo oía de forma muy precipitada a su gusto.

- ¿Cómo? Me—

- Íbamos por el Paddock y os vimos.-pese a que sabía que no había hecho nada, se puso nerviosa sólo de pensar qué podrían haber visto.- Hablabas con él a la entrada de Lotus. Bueno, hablabas... -entrecomilló en el aire.

- Hablaba, sí.

- No te pongas tensa.-ahora él la daba golpes en la mano para calmar una tensión que ella no había notado, pero que también la avergonzaba.- Sabes que precisamente hablar no hablabas.

- Creo que sí, la verdad—

- Vale, hablabais. ¿De qué?-ella frunció el ceño.- ¿Te acuerdas de qué?