C30 - Mucho mejor

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- Wow.-Nico se abanicaba con la mano a la llegada al aeropuerto de Barcelona. Sandra le miraba juzgándole.

- Tampoco hace tanto calor, aún hace fresco. Y venimos de estar en China, y en Sakhir. No sé de qué te quejas.-protestaba al ver que las primeras palabras en referencia a su tierra por parte de Nico eran en firma de protestas. Él rió y cogió a la chica por la espalda, dándole un beso en la mejilla.

- No te pongas así.-ella burló al chico pronunciando las mismas palabras con tono de despectivo, y él le hizo cosquillas en la cadera.- Me gusta el calor.

- Pero no hace calor.

- Para mí sí, te recuerdo que soy un chico del norte.-y a continuación se le ocurrió una brillante idea.- Tengo una idea.-le hizo saber.

- Sorpréndeme.-y él comenzó a hablar en castellano.

- ¿Qué tal si hablamos en español?

- ¿Qué?-dijo en inglés, y él pensó que ya había dicho mal la primera frase. Ella le paró.- No o sea, te he entendido claro, pero... ¿Quieres?-seguía hablando en inglés.

- Claro.-él en castellano.- Así practico.

- Oh... Pero me va a costar hablarte en otro idioma.-de hecho, el decirle esa frase fue difícil para ella.- Es como si fuese otra persona, o algo.-él rió.

- Me encanta cómo hablas.

- Hablo igual...-se sonrojaba.

- No, ahora eres más tú.

- ¿Más yo?

- Sí, creo que me gustas más hablando así.-se mostró tan orgulloso de decirlo que ella no pudo evitar reírse.

- Pues cuando salgamos de aquí seguiré hablándote en inglés.

- ¿No podemos hacer el esfuerzo?

- No, Nico. Y de hecho durante el gran premio hablaremos en inglés.

- A mí me gusta habl—

- Nico.-esperaban a un taxi en la puerta y el chico se encogía de brazos como si se cabrease con su padre por no dejarle salir al parque con los amigos.- Y da gracias que te hablo en este idioma ahora.

- Gracias.-ella le miró con rabia y él rió. Y ambos fueron al taxi.- ¿A dónde iremos?

- Ah. Ni idea. Te dije que elegirías tú.

- ¡Pero es tu ciudad!

- ¡Sí pero como comprenderás no puedo llevarte a mi casa!

- ¿Por qué no?

- No creo que mis padres estén muy dispuestos a acogerte.-a ambos les llegó el mismo rayo de sol y se sintieron iluminados al pensar en los padres de Sandra.

- ¿Saben que...?-se señaló a él mismo y luego a Sandra. No quería denominar su relación de nuevo.

- No.

- Oh.

- Y lo peor es que te conocen.-él alzó las cejas.- Ven Fórmula 1 y tal...

- Oh, vaya. Podríamos intentarlo.-fingió que ponía la voz de Sandra.- ¡Papa, mama, mirad quién viene a comer!...-ahora cambió a una voz masculina más adulta, que pretendía ser la del padre de Sandra.- ¡Oh vaya, de qué me suena este joven!-la denominación de joven aumentaba las risas de Sandra, que le observaba atónita. Volvió a imitarla a ella.- ¡No es Fernando Alonso pero su coche corre más!

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